El agua es un recurso escaso esencial para la vida. El abastecimiento y saneamiento de las poblaciones supusieron la ejecución de importantes obras de ingeniería muchas de las cuales, de elevado valor patrimonial han llegado hasta nuestros días, como los depósitos de Vitoria-Gasteiz, de Donostia-San Sebastián en Ulía y de muchas otras localidades.
En Bilbao, ahora hace 120 años, en 1894, el ingeniero Recaredo de Uhagón finalizaba el proyecto del saneamiento, el primero moderno realizado en la Península. La degradación de las aguas de la ría, de las aguas de consumo humano y de las condiciones de eliminación de las residuales o negras supusieron un deterioro muy grave de las condiciones sanitarias de la población en la década de los ochenta del siglo XIX, en Bilbao y toda la comarca minero-industrial. En 1895 comenzaron las obras que duraron ocho años. En 1900 se inauguraban las instalaciones del gran depósito regulador, sobre cuya bóveda se levantó un precioso parque y de la Casa de Máquinas de Zorrotzaurre en la curva de Elorrieta.
Este conjunto, aunque parcialmente mutilado, es hoy uno de los más interesantes conservados en la Europa continental.
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