El diario El Correo del día 24 de abril de 2011 publica un extenso reportaje sobre el patrimonio industrial mueble almacenado en la antigua factoría Consonni en Zorrozaurre-Zorrotzaurre (Bilbao), trasladado desde los pabellones de Orconera en Lutxana (Barakaldo) donde se encontraba originalmente la colección destinada a servir de contenido al Museo Nacional de la Técnica de Euskadi. Dentro del mismo se incluye una entrevista al presidente y vocal de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, Javier Puertas y Joaquín Cárcamo que reproducimos a continuación:
La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP) tiene su origen en el fallido Museo de la Técnica de Lutxana. Surgió en 1984 como una agrupación de amigos del centro que, pese a contar con director, fondos y locales, cerró antes de abrir sus puertas. Aun así, Javier Puertas, el presidente de la entidad, y Joaquín Cárcamo creen que el trabajo que se hizo entonces es una base sólida para el proyecto actual. El Gobierno vasco cuenta con su colaboración.
-¿El Museo de la Técnica fue víctima del Guggenheim?
-Sí. La inversión necesaria para el Guggenheim paralizó el resto de los proyectos culturales.
-Con lo que significa el Guggenheim para el País Vasco, ¿valió la pena el sacrificio?
-El Guggenheim es un éxito, el símbolo de la reconversión que el país necesitaba. Pero podría haber sido compatible con el Museo de la Técnica, porque el trabajo ya estaba hecho.
-¿Cómo se puede dar vida a la colección para que resulte atractiva a los visitantes?
-No todo lo que se recoge tiene que exponerse, ni siquiera la mayor parte. Hay que saber qué es lo que se quiere decir y cómo decirlo. Buscar piezas representativas y que tengan actividad, si es posible, o suplirla con audiovisuales y medios gráficos.
-¿Cuál sería la referencia visual?
-Quizá haga falta una pieza grande, grande. Sería un lujo que alguna de las máquinas de Vicinay para la fabricación de cadenas pudiera quedarse aquí.
-¿Cómo se relacionará Consonni con otros centros dedicados al patrimonio industrial?
-Esta muestra debe remitir al gran número de pequeños museos relacionados con el patrimonio industrial, igual que los catalanes han articulado alrededor de Tarrasa todo el sistema territorial de museos de la industria y de la técnica. Aquí puede haber elementos vinculados al tráfico ferroviario, pero habrá que remitir a los visitantes a Azpeitia. Se podría implantar un bono común.
-¿Qué ruta proponen?
-En el País Vasco hay 18 museos temáticos y lugares de interés. El Museo Minero, La Encartada, el Museo de la Armería en Eibar, el de la máquina-herramienta en Elgoibar, Lenbur en Legazpi… también las salinas de Añana en Álava, porque lo protoindustrial forma parte de la memoria, y ahí entran las ferrerías.
–Con lo rápido que avanza la tecnología, cada vez hay más herramientas en desuso. Los primeros móviles son ya piezas de museo.
-El museo tiene que hablar también de presente y de futuro. De la primera revolución industrial, la más fuerte, se conservan muy pocas cosas. Nosotros pretendemos que quien se acerque no vea sólo el pasado, que sepa que este país viene de una tradición industrial y quiere seguir con ella.
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