De la pistola al coche eléctrico

La Escuela de Armería de Eibar celebra el acto inaugural de su centenario. De sus aulas han salido 16.000 alumnos

Inés P. Chávarri. El País 23/01/12

La Escuela de Armería de Eibar celebra el acto inaugural de su centenario. De sus aulas han salido 16.000 alumnos. Que Orbea y Alfa, firmas especializadas en la fabricación de bicicletas y máquinas de coser, respectivamente, abandonaran un día el negocio por el que nacieron, las armas, no tiene como única explicación el declive de una industria. Tuvo que ver, y mucho, la Escuela de Armería de Eibar, un centro de formación profesional referente en la comarca y que este año celebra su centenario.

Que Orbea y Alfa, firmas especializadas en la fabricación de bicicletas y máquinas de coser, respectivamente, abandonaran un día el negocio por el que nacieron, las armas, no tiene como única explicación el declive de una industria. Tuvo que ver, y mucho, la Escuela de Armería de Eibar, un centro de formación profesional referente en la comarca y que este año celebra su centenario. “Que en el año 20, la escuela incorporara la mecánica, no es un dato insignificante, lo hicimos para ayudar y facilitar la transformación del sector armero”, explica José Luis Novoa, director del centro.

La Escuela de Armería se vestirá de gala el próximo jueves, en un acto, preludio de otros muchos, al que acudirán, entre otros, la consejera de Educación, Isabel Celaá, y el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, según sus organizadores.

La Escuela de Armería nació en 1912 por el empeño de una ciudad, Eibar, en crear un centro educativo en perfecta simbiosis con la industria de la zona. El Ayuntamiento de la época encontró su fuente de inspiración en la Ecole d’Armerie, de Lieja, Bélgica, y un año más tarde inauguró el primer curso.

“Eibar hoy en día sería muy distinto sin la Escuela de Armería”, reconoce Joxe Mari Ulazia, el presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos. “La idiosincrasia de Eibar no se entiende sin ese espíritu laborioso, de gente muy trabajadora, emprendedora”, continúa, unas características que además, añade Ulazia, “son atípicas en otras comarcas y territorios”. A ello se suma “un carácter liberal, abierto y progresista que ha contribuido al caldo de cultivo”.

Primera promoción de la Escuela de Armería de Eibar en una imagen datada en 1913 (El País)

 

La institución ha combinado a lo largo de su historia técnica y valores

El presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, con estudios de micromecánica en la Escuela de Armería, destaca de sus años de estudiante, no sólo la formación técnica recibida, sino los valores que impregnaban cada lección. “Ahora se habla mucho de calidad, de esfuerzo en el trabajo, de profesionalidad, seriedad…”, enumera. Los conceptos siempre han estado presentes en los 100 años de historia de la Escuela de Armería, una fórmula con la que se sustenta “el espíritu emprendedor” de sus alumnos. Empresas como Tekinker, Gamesa o Panda Software han sido creadas por exalumnos de la Escuela de Armería, “y otras muchas que no tienen ese nivel o proyección pero sí una importante implantación en la comarca y así hasta llegar a 300”, explica el director del centro.

El 1 de junio de 1912, el Ayuntamiento de Eibar aprobó en una moción la creación de una Escuela de Armería, Dibujo, Artes y Oficios. Desde entonces han pasado por sus aulas más de 16.000 alumnos, mientras que la oferta formativa en la fabricación de armas y mecánica de precisión mutó en otras especialidades, como sistemas de telecomunicaciones e informática, que se imparte hoy en día.

“Desde Alfonso XIII, todos los jefes de estado nos han visitado”, cuenta Iñaki Alberdi, antiguo alumno, jefe de estudios y subdirector de la Escuela de Armería. Desde hace cinco años Alberdi se ha enfrascado en la digitalización de imágenes o cualquier tipo de documento relacionado con el centro. Todo para que el año del centenario de la escuela se pueda recordar su historia a través de 10.000 fotografías. “Memorias, boletines de antiguos alumnos, planos… He encontrado, por ejemplo, una carta que Fraga escribió al centro felicitándole cuando concedieron a la Escuela la Cruz de Alfonso X El Sabio”, explica.

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