La monumental factoría centenaria desaparece ante la impasibilidad de las autoridades.

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Continua el expolio en las naves y oficinas casi centenarias de la antigua Babcock Wilcox en los municipios de Trapagaran y Sestao (Bizkaia). Junto al polígono Ibarzaharra, sociedad pública creada en Sestao y de la que forman parte el Gobierno central (50%), el Ejecutivo vasco (22,5%), la Diputación de Bizkaia (22,5%) y el Ayuntamiento de Sestao (5%) en el que también se han demolido instalaciones importantes de Babcock Wilcox. Sin que de nada haya servido la denuncia pública hecha hace ya 18 días por la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP-IOHLEE.

La histórica y casi centenaria factoría que en su momento -1918- fue la mayor nave de hormigón armado construida en el Estado, símbolo de la industrialización vizcaína y vasca, era ya una de las últimas posibilidades de que el País Vasco conservase, reutilizada para nuevos usos industriales, una de las construcciones más representativas de la construcción fabril, la nave exenta seriada. En estas naves se construyeron calderas de vapor o locomotoras de ferrocarril que se distribuyeron fundamentalmente en España y Portugal.

El expolio se produce a plena luz del día y a la vista de todo el mundo, ejecutado por personas desconocidas, y sin que, evidentemente, nadie ponga los medios para evitarlo. Se manipulan (a alturas elevadas) y trasladan grandes cantidades de metal (las centenarias cerchas roblonadas) y se trituran ingentes cantidades de Uralita de la cubierta -con gran probabilidad fabricada con amianto dada su antigüedad- sin que se aprecie ninguna medida de seguridad ni para los trabajadores ni para los residentes del entorno, cuando la legislación medioambiental es rígida y exigente al respecto.

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