El Departamento de Cultura del Gobierno Vasco ha dedicado el número 6 de la Colección Patrimonio cultural vasco al “Patrimonio Industrial en el País Vasco”. Se trata de dos extensos volúmenes en los que se recogen los 600 elementos más importantes patrimonio industrial y la obra pública vasca y que, a su vez, forman parte del Inventario del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública del País Vasco, un exhaustivo trabajo realizado en los últimos años por la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP-IOHLEE).
En la presentación de la publicación, celebrada el pasado jueves, 29 de noviembre, estuvo presente la Consejera de Cultura del Gobierno Vasco, Blanca Urgell, el presidente de la AVPIOP, Jabi Puertas, y Joaquín Cárcamo, miembro también de dicha asociación. En su intervención, la consejera destaco labor realizada por la Asociación tanto para completar el Inventario del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública del País Vasco, base de la publicación, como para la actualización del inventario de los fondos albergados en la fábrica de Consonni. Así mismo, Blanca Urgell ha relatado los esfuerzos realizados por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco durante la legislatura para hacer de la vieja fábrica de materiales eléctricos Consonni un centro para la gestión integral del patrimonio industrial mueble, denominado Konsoni Lantegia.
En este sentido, el presidente de la AVPIOP-IOHLEE, Jabi Puertas, destacó que la Asociación que preside nació en los años ochenta bajo la denominación de “Asociación de Amigos del Museo de la Técnica de Euskadi”, por lo que “la demanda de un Museo de la Industria en Euskadi ha sido inherente a la propia existencia de esta Asociación desde su creación”.
Transcribimos a continuación, por su interés, el contenido íntegro de las palabras pronunciadas por el Presidente de AVPIOP, Javier Puertas:
Intervención de Javier Puertas, presidente de AVPIOP-IOHLEE, en el acto de presentación de la publicación ‘Patrimonio Industrial en el País Vasco’
celebrado el jueves día 29 de noviembre, a las 11.00 horas, en Konsoni Lantegia, antiguo edificio de Consonni (C/ Ribera de Zorrotzaurre, 18. Bilbao)
(El presidente saluda y agradece su presencia a la Consejera de Cultura y a los asistentes)
Antes de entrar a detallarles los contenidos generales del estudio realizado por la Asociación que presido, de revisión y catalogación de los fondos patrimoniales que tengo a mis espaldas, me gustaría previamente contextualizarles brevemente la importancia que para la AVPIOP tiene la creación de un Centro de estas características en Euskadi.
Y, para ello, permítanme que me remonte a los primeros años de la década de los 80 del pasado Siglo, momento en el que nace el germen de lo que hoy en día es nuestra Asociación.
A nadie se le escapa que, desde mediados del s. XIX, Euskadi ha sido escenario privilegiado para el desarrollo industrial y tecnológico y también clave en las transformaciones sociales, económicas y territoriales que dicho proceso ha generado.
150 años después, a finales del siglo pasado, los testimonios materiales de la industria se revelaban ante nuestros ojos como un patrimonio formidablemente rico y heterogéneo, en el que anclar las señas de identidad básicas de nuestro pasado reciente.
Pero casi, de forma paralela, descubríamos la enorme fragilidad de estos nuevos bienes culturales, amenazada su pervivencia por la pérdida de función, por la carga negativa que soportaban en plena crisis industrial y por el incierto futuro que deparaba a los solares en los que estas industrias habían crecido.
Así, con los 80 llegó el cierre de algunas de las empresas más emblemáticas de la historia social y económica del País Vasco. La decadencia industrial se manifestó con toda su crudeza en aquellos años.
Nuestra Asociación nació precisamente en este contexto, en plena quiebra del tradicional modelo industrial, para reivindicar el valor patrimonial y cultural de estos restos, consciente de la necesidad de salvar del derribo y del olvido centenares de fábricas y de máquinas sobre los que pesaba una amenaza de destrucción intensiva.
El temor a que este proceso adquiriese tintes de auténtico arrasamiento, suscitó en el País Vasco, desde los primeros años 80, una creciente preocupación por parte de diversos colectivos sociales e intelectuales. Un primer núcleo surgió en torno al propio Departamento de Cultura del Gobierno Vasco y a los Colegios de Ingenieros Industriales.
En ese contexto, por tanto, se hacía necesario hacer ver que ese patrimonio industrial era un activo. Un activo enorme (i) desde el punto de vista patrimonial, (ii) de preservación de la memoria histórica, incluso, (iii) como recurso económico a través de su puesta en valor para nuevos usos, con vocación turística, etc.
Justo ahora hace 30 años, fruto de ese movimiento social e intelectual en favor de la preservación de los restos de nuestro pasado industrial, se celebraron en Bilbao, en diciembre de 1982, las primeras «Jornadas sobre Protección y Revalorización del Patrimonio Industrial». Unas jornadas que fueron organizadas conjuntamente por la Generalitat de Catalunya y por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, convirtiéndose estas en las primeras jornadas que, a nivel estatal, se celebraban bajo esta temática. 30 años ya desde entonces.
Es en este momento, prácticamente tres años después de ser aprobado el Estatuto de Autonomía, cuando el Gobierno Vasco tiene la iniciativa de crear un Museo de la Técnica en Euskadi.
La Asociación a la que represento nació en esos años, bajo la denominación de “Asociación de Amigos del Museo de la Técnica de Euskadi”. Por tanto, la demanda de un Museo de la Industria en Euskadi ha sido inherente a la propia existencia de esta Asociación desde su creación.
Pero la idea de que Euskadi cuente con una institución que recoja su patrimonio técnico, y abra su vocación industrial e innovadora a su ciudadanía y al mundo en general, no es nueva pues sus orígenes se remontan a las primeras décadas del pasado siglo XX. En este sentido, todas las naciones industrializadas han creado instituciones destinadas a mostrar su potencia tecnológica y productiva y, además, gozan del favor del público. Ciudades como Londres, París, Manchester, Munich o Milán cuentan con museos de este tipo, algunos de ellos ya bicentenarios. A nivel estatal, Cataluña muestra orgullosa desde 1982 su Museu Nacional de la Ciència i de la Tècnica en Terrassa.
Llegada la democracia, como decía, y con el impulso de los consejeros de Cultura Ramón Labayen, Pedro Miguel Etxenike y Joseba Arregi, se crea en 1982 – manteniéndose hasta 1997 en el barrio barakaldés de Lutxana-, el Museo Nacional de la Técnica de Euskadi que cuenta con un director profesional, personal adscrito y locales en los que se recoge una importante colección patrimonial, formada mediante adquisiciones y donaciones, que hoy en día es, en buena medida, lo que se conserva aquí almacenado, en Zorrotzaurre.
El museo, a punto de abrirse al público, se vio finalmente paralizado en 1997 (por la importante exigencia de recursos públicos que en los años noventa requirió el Museo Guggenheim).
La necesidad de disponer en Euskadi de un Museo de la Industria ha sido suscrita por importantes personalidades de la vida política, social, cultural y económica de este País: Además de los ex Consejeros Labayen, Etxenike y Arregi, ya citados, historiadores o economistas como Manuel Tuñón de Lara, Manuel Gonzalez Portilla, Jordi Nadal, Emiliano Fernández de Pinedo, Aingeru Zabala y Ramón Zallo; arquitectos como Luis Peña Ganchegui; artistas como Agustín Ibarrola, Jesús Mari Lazkano o Luis Badosa; empresarios como Roque Aldabaldetreku; ingenieros como Luis Irazabal y Karmelo Urdangarin, sólo por mencionar algunas de las muchas personas que durante estos 30 años han apostado por la creación del museo.
Lamentablemente, después de 30 años, Euskadi todavía sigue sin tener un centro de referencia, abierto al mundo, que recoja el rico patrimonio mueble que ha ido jalonando un camino de dos siglos de industrialización sirviendo, a su vez, de enlace con el esfuerzo presente y la voluntad de futuro de creación científica, tecnológica e industrial vasca. Se trata, sin duda, de una de las principales carencias de la política cultural de este país. Una carencia imperdonable que interpela a la responsabilidad institucional y al compromiso de empresas, particulares y colectivos que debemos confluir en un proyecto común.
Konsoni Lantegia es nuestra nueva esperanza, y la AVPIOP-IOHLEE se congratula de que, por parte del Gobierno Vasco, se dé continuidad a la iniciativa que con tanto acierto pusieron en marcha los gobiernos de Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza, y que todos los esfuerzos que a lo largo de estos últimos años se han venido realizando puedan verse culminados finalmente con la apertura de un Centro que, mostrando nuestro rico pasado, se abra al presente y al futuro de nuestra vocación industrial.
Además, la AVPIOP-IOHLEE siempre ha considerado adecuada la propuesta de ubicar el Museo Nacional de la Técnica de Euskadi en el entorno de la Ría de Bilbao como lugar fuertemente representativo del proceso de industrialización. Por tanto, desde la Asociación vemos con buenos ojos la posibilidad de ubicar dicho Centro aquí, en la antigua Consonni, en la futura isla de Zorrotzaurre, entendiendo que ello podrá coadyuvar a la futura regeneración urbana de esta zona y que dispondrá de una completa centralidad y accesibilidad.
La existencia de un Museo Vasco de la Industria debe ser, en cualquier caso, el punto de partida. Es fundamental diseñar paralelamente un Sistema Territorial de Museos de Patrimonio Industrial que ponga en valor, desde una concepción en red, los diferentes espacios y museos temáticos repartidos por toda Euskadi vinculados a nuestro pasado industrial y que son, aproximadamente, una veintena.
PROYECTO DE CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS EXISTENTES EN CONSONNI
La colección de maquinaria y patrimonio mueble recogida desde los años ochenta ha ido adquiriendo cada vez más valor, al tiempo que se hacía necesaria la modernización y puesta al día de su primitiva catalogación. Así, la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco encargó a la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (IOHLEE- AVPIOP) las siguientes labores a realizar:
- Revisión del catálogo existente: La colección ya contaba con un catálogo, realizado por los gestores del Museo de la Técnica de Euskadi y concluido a principios de la década de los 90. Dicho catálogo cuenta con 1.582 fichas en soporte papel. Por lo tanto, el primer trabajo ha consistido en la creación de una nueva base de datos compatible con el sistema INTEGRA, de manera que la información pueda ser volcada a las bases de datos informáticas del Centro de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco.
- Revisión de los objetos depositados en Konsoni Lantegia: Concluida la sistematización de la base de datos, se ha procedido al análisis de los objetos y artefactos depositados en esta antigua nave de Consonni, hoy Konsoni Lantegia. El objetivo de esta fase del trabajo ha sido contar con información actualizada sobre las piezas tras su traslado desde el primitivo emplazamiento del Museo de la Técnica de Euskadi en Lutxana – Barakaldo hasta su ubicación actual. La base de datos se ha completado con información actualizada sobre el estado de conservación de los objetos, se han mejorado las descripciones y se han comprobado y corregido las dimensiones de los elementos. Igualmente, se ha incluido en la base de datos la información sobre fabricantes, marcas, modelos y distribuidores de las máquinas. Todos los objetos han sido fotografiados, incluyéndose este material gráfico en las carpetas numeradas que acompañan a la base de datos.
Además, los objetos depositados en Konsoni Lantegia que no estaban incorporados en la base de datos del Museo de la Técnica de Euskadi han sido numerados y signados. En este sentido, a los 1.587 elementos que ya estaban catalogados, se han añadido 181 elementos nuevos.
- Seguimiento de los objetos cedidos a otras entidades: Una vez sistematizada la ubicación de los objetos, se ha constatado que de los 1.587 elementos inventariados en la base de datos del Museo de la Técnica, 296 no se encuentran físicamente en las dependencias de Konsoni Lantegia. La mayoría de éstos han sido cedidos o depositados en otras instituciones (Museo de la Minería del País Vasco, Museo Vasco del Ferrocarril, Museo Instituto de la Máquina-herramienta de Elgoibar, Puente Vizcaya, Museo Marítimo Ría de Bilbao, entre otros).
- Valoración patrimonial de los objetos: Partiendo de los mencionados trabajos previos, y contando con expertos en patrimonio industrial, especialistas en los sectores de vapor, siderometalúrgico, textil, máquina herramienta, artes gráficas, electricidad, etc. se ha realizado una valoración provisional de los objetos de la colección depositados en Konsoni Lantegia. Para ello, se han establecido cuatro categorías, en función del interés que poseen las piezas con vistas a su futura exposición.
Establecidos los criterios de valoración, se han propuesto 80 objetos para la categoría A, 165 para la categoría B, 778 para la C y 268 para la categoría D.
- Inicio del catálogo monográfico: A partir de la valoración patrimonial de las piezas, y teniendo también en cuenta criterios de oportunidad y operatividad, se han seleccionado 30 objetos de la colección para iniciar con ellos el catálogo monográfico del Museo de la Técnica de Euskadi. Cada uno de estos 30 elementos ha sido documentado con sus antecedentes, noticias, bibliografía, trabajos, estudios y observaciones a que han dado lugar.
La selección de objetos a documentar ha intentado recoger elementos importantes de distintas cronologías y tipologías, y que sean representativos de los sectores industriales clave en el proceso de industrialización del País Vasco. En ese sentido, la selección incluye elementos de máquina-herramienta, siderometalurgia, minería, naval, energía, agroalimentación, papel, textil… Igualmente, se ha atendido a la importancia de las piezas fabricadas por empresas vascas, que hayan sido hitos significativos por su tecnología y diseño.
Bien. Estos son los trabajos desarrollados en esta antigua nave de Consonni. Trabajos que para la AVPIOP son fundamentales para ir consolidando nuestro sueño y aspiración de contar en Euskadi con un Centro de referencia en materia de patrimonio industrial. Un centro en el que esperamos que se visibilice nuestro pasado industrial, pero también, por qué no, nuestro presente y nuestro futuro industrial. Un Centro sostenible en el que puedan tomar parte las empresas industriales más importantes que a día de hoy tenemos en este país y que siguen siendo el motor de nuestra actividad económica.
Finalizo mi intervención dando paso a Joaquín Cárcamo, segundo presidente de la Asociación y actualmente miembro de la Junta Directiva de la AVPIOP. Él os trasladará otro de los hitos más importantes de nuestra actividad como Asociación: el conocimiento y la difusión del P.I. y la obra pública.
En este caso, a través de la publicación que el GV ha elaborado…..
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