El diario El Noticiero Bilbaíno dedicaba un espacio para publicar, generalmente en la portada, algunas noticias gráficas. Durante los meses de enero y febrero de 1919, algunas de ellas se referían a la actividad constructora o a las botaduras que se realizaban en algunos de los astilleros más importantes. En las ocho fotografías que reproducimos a continuación -y rogamos a nuestros lectores sepan disculpar la escasa calidad de las mismas, que se compensa por el valor histórico que poseen- la cámara del fotógrafo se fija en los astilleros de La Naval de Sestao, La Punta en Zorrotza (Bilbao), los Astilleros del Nervión de Sestao, Santurtzi, Euskalduna en Bilbao y Mutriku.

A destacar la construcción de una embarcación de hormigón armado en La Punta de Zorrotza. A este respecto, el historiador José Eugenio Villar escribía en 1998 en Itsas Memoria lo siguiente:

Además del hierro, también se utilizó el hormigón armado en la construcción de gabarras. Aprovechando la coyuntura favorable de la I Guerra Mundial, en 1917 la casa Vallhonrat, Castrillo y Compañía de Zorroza (Bilbao) botaba en aguas del Cadagua la primera gabarra de hormigón armado construida en España. De nombre Catalina, disponía de 17 m. de eslora, 5,5 de manga y 2,25 de puntal; fue vendida a la Sociedad Luis de Urrutia e Hijos que la renombró como Urrutia nº1.

La aplicación del hormigón armado a la construcción de embarcaciones se venía desarrollando desde el último cuarto del siglo XIX en Francia y Noruega. Perfeccionada su construcción por el italiano Gabellini en la primera década de nuestro siglo, la ventaja de este sistema estribaba en su mayor rapidez de ejecución, economía de costos, duración casi indefinida y el no ser necesario calafatearlas como las embarcaciones de madera, ni pintarlas como las de hierro.

Para su construcción se colocaba la quilla de manera ordinaria y lo mismo las cuadernas o armaduras transversales; el esqueleto de acero se completaba con varillas de metal deployé de mallas muy tupidas, después se aplicaba el hormigón en capas sucesivas por fuera y por dentro, variando el espesor según las dimensiones del casco y según el lugar. Finalmente, la capa exterior de cemento se pulimentaba.

Por contra, lo desproporcionado de su peso obligaba a incrementar la fuerza de las máquinas para hacerle andar, aumentaba el gasto de combustible en proporción al peso muerto que podían cargar. Sin duda, el sistema se apoyaba más en una coyuntura de falta de barcos que en ventajas reales respecto de los barcos de hierro. Pese a ello, excepcionalmente se siguieron construyendo gabarras de hormigón. Todavía en los primeros años cuarenta la Junta de Obras del Puerto de Pasajes construía la Punta Calparra, una gabarra de 16 m. de eslora que llevaba instalada una grúa de vapor de 2 Tn. de fuerza para prestar asistencia a los buques que frecuentaban el citado puerto.

 

Sociedad Española de Construcción Naval. Astillero de Sestao.- El “Alfonso XIII”. Estado de las obras (El Noticiero Bilbaíno. 19/01/1917).

 

Buque de gran tonelaje de cemento armado, en construcción en La Punta (Zorroza) (El Noticiero Bilbaíno. 31/01/1917).

 

Botadura del vapor “Gordejuela” verificada ayer en los Astilleros del Nervión (El Noticiero Bilbaíno. 01/02/1917)

 

Los astilleros de la constructora Naval en Sestao, vistos desde el trasatlántico en construcción “Alfonso XII” (El Noticiero Bilbaíno. 08/02/1917).

 

El velero “San Jorge” que hoy será botado al agua en Santurce (El Noticiero Bilbaíno. 14/02/1917).

 

El vapor “José Taya”, antes de la botadura efectuada ayer en los Astilleros Euskalduna (El Noticiero Bilbaíno. 18/02/1917).

 

El vapor “José Taya” en el momento de caer al agua (El Noticiero Bilbaíno. 18/02/1917).

 

Botadura del vapor “Antonia”, en Motrico, efectuada el domingo último (El Noticiero Bilbaíno. 19/02/1917).