En 1894, el arquitecto Julián de Zubizarreta y Usatorre proyectó la residencia de José María de Olábarri y Massino en el Campo de Volantín de Bilbao. De este «hotel» o palacete han dicho las historiadoras Maite Paliza y Nieves Basurto, autoras de la monografía La sede del Puerto Autónomo de Bilbao: el arquitecto Julián de Zubizarreta y el «hotél» de la familia Olábarri, publicada en 1990 por la misma entidad propietaria, que podía ser considerada la obra más excelsa del arquitecto. Seguimos a las historiadoras en la narración de algunos datos sobre el empresario y la residencia:

Invitación del Puerto Autónomo de Bilbao a la presentación del libro sobre la sede, realizada el 2 de mayo de 1991

 

José María de Olábarri había nacido el 4 de febrero de 1849 en Bilbao. Era hijo de Pascual de Olábarri y Aldana, natural del caserío Zollurrutia Nueva de Zollo (Bizxkaia), casado en segundas nupcias con Magdalena Massino y Lera, perteneciente a una familia de origen italiano dedicada al comercio y afincada en la Villa del Nervión. Su padre había sido fundador de la Fábrica Santa Ana de Bolueta de la que con el paso del tiempo José María de Olábarri llegó a ser presidente.

José María de Olábarri y Massino contrajo matrimonio con Manuela de Zubiría e Ybarra y de este matrimonio nacieron cinco hijos. Residían en el Casco Viejo de Bilbao hasta que se trasladaron a su nueva residencia en el Campo de Volantín inaugurada en 1897, aunque más tarde, en 1901 y por el mismo arquitecto, sería ampliado el sector de servicio -llegaron a vivir hasta 16 criados en la casa- en la zona zaguera de la vivienda.  Manuela Zubiría falleció el 25 de agosto de 1921 y José María de Olábarri el 2 de abril de 1924.

Don José María de Olábarri y Massino en 1906

 

José María de Olábarri llegó a ser miembro del Consejo de Altos Hornos de Vizcaya, fábrica creada en 1902 tras la fusión de La Vizcaya, Altos Hornos de Bilbao y Baracaldo y La Iberia, por sus lazos matrimoniales con Manuela de Zubiría e Ybarra. De todos modos, renunicó a este cargo poco después de su nombramiento, porque le parecía poco ético ser consejero de esta fábrica que constituía una seria competencia para la Fábrica Santa Ana de Bolueta de la que, como hemos visto, era presidente.

En 1920, la Comisión de Gobernación del Ayuntamiento de Bilbao, presidida por el concejal socialista D. Pedro Casas, decidió por unanimidad otorgar el nombre de don José María de Olábarri a la calle que hasta entonces era conocida como Particular de la Bolsa

Santa Ana de Bolueta (Bilbao) y el puente nuevo hacia 1880 (foto Laurent).

 

Volviendo al devenir del edificio. una vez fallecidos Don José María de Olábarri y su esposa, su hijo José María de Zubiría la utilizó como sede de su administración y despacho. En la Guerra Civil sufrió daños por el estallido de un obús en la finca colindante residencia de la familia Errazquin, otro importante empresario vasco. Tras unos años de proyectos de reforma, el edificio fue ocupado por el Instituto Británico que lo ocupó hasta comienzos de los años cincuenta. El Obispado de Bilbao realizó gestiones para instalarse en la residencia pero fue finalmente el Puerto Autónomo de Bilbao el que adquirió el edificio en 1953. El Puerto decidió entonces acometer la ampliación del edificio y fueron los arquitectos Manuel Galíndez y José María Chapa Galíndez los encargados de realizar el proyecto en 1955 y algunos años más tarde, una vez finalizadas las obras, el Puerto Autónomo de Bilbao se instalaba en la nueva sede.

En 2003 la Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) invirtió 1,34 millones en rehabilitar su sede. Se restauró la fachada y además se invirtió en la limpieza y restauración de la piedra, así como en la carpintería exterior de puertas y ventanas y del tejado. Se trabajó también en la urbanización del entorno y se renovó la iluminación. En el interior del edificio, se recuperó la antigua capilla utilizada como sala de reuniones y las pinturas y vidrieras originales, desaparecidas durante la Guerra Civil.

La residencia Olabarri, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao, en 2009 (Foto Zarateman, Wikipedia)

 

En esta sede ha permanecido hasta que en el año 2013 se trasladó a un nuevo edificio ubicado dentro de las instalaciones portuarias de Santurtzi, manteniendo en la residencia Olábarri una mínima presencia con la sede de la fundación de la APB. El 12 de julio de 2017, el diario Deia informaba que la sede de la Autoridad Portuaria  en Bilbao «podrá albergar en un futuro un hotel singular» y que el Ayuntamiento había iniciado los trámites para otorgar a la sede del Puerto la calificación de equipamiento privado y así poder vender el edificio íntegramente. El Ayuntamiento de Bilbao, a través del Consejo Asesor de Planeamiento, había iniciado los trámites para modificar el vigente Plan General de Ordenación Urbana y otorgar a la actual sede de la APB la calificación urbanística de equipamiento privado. Esta modificación abría la posibilidad, según la información de prensa, de que pudiera «ser adquirido por una empresa privada, manteniendo en todo momento la singularidad arquitectónica en la parte del edificio que se encuentra protegida». Paralelamente, la APB decidió «iniciar el proceso de desafectación de todo el edificio, con una superficie total construida de unos 4.000 metros cuadrados, ya que el mismo es un espacio sobredimensionado para sus actuales necesidades.»

El mismo diario Deia informaba el 21 de junio de 2018 que la recalificación iba a recibir «el visto bueno del pleno del Ayuntamiento de Bilbao para modificar su calificación urbanística actual de equipamiento público a privado. Para formalizar el cambio, el Puerto deberá aportar la cantidad de 450.000 euros en el momento en el que se solicite la licencia, para compensar el aumento en el volumen de edificabilidad»  ya que «se pasa de un volumen de 3.477 metros cuadrados a 5.027». Y se adelantaba cual sería el nuevo uso que se proponía para el edificio: «tanto el Ayuntamiento de Bilbao como la Autoridad Portuaria consideran que uno de los proyectos que mejor encajaría sería el de un hotel singular, porque supondría un aprovechamiento adecuado para la ciudad, abierto al público y con una perdurabilidad social.»

Retrato de Don Evaristo de Churruca y Brunet, conde de Motrico, primer presidente de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao que permanece en la residencia Olábarri (foto I. Uriarte)

 

Pese a que fuentes municipales indicaron el pasado mes de diciembre que esperaban concluir el proceso administrativo a lo largo de los próximos tres meses, un periodo tras el cual la APB podría sacar a concurso el otorgamiento de la indicada concesión para la explotación hotelera y que fuentes del la APB aseguraron que “se convocaría en el siguiente trimestre”, es decir, antes de finalizar el próximo mes de marzo, el diario El Correo, en un reportaje firmado por el periodista Josu García el pasado 26 de enero titulado El Gobierno vasco frena el plan para abrir un hotel de lujo en la sede del Puerto de Bilbao aseguraba que «Patrimonio y Ura rechazan por su impacto arquitectónico y ambiental el proyecto para transformar el Palacio Olabarri en un alojamiento turístico». Entre otras cosas en el citado artículo se decía lo siguiente:

«Frenazo al proyecto del Puerto para transformar su sede de Bilbao -el histórico Palacio Olabarri, ubicado en el Campo Volantín- en un hotel de lujo. El Gobierno vasco ha declinado aprobar el plan presen­tado por la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de la capital vizcaína en los términos en los que fue redac­tado, según han podido saber EL CO­RREO. Ura, la Agencia Vasca del Agua, y el área de Patrimonio han informa­do de manera desfavorable sobre la iniciativa y la consejería de Medio Ambiente ha optado por exigir nue­vos estudios y una serie de cambios en la propuesta para analizar después si otorga su visto bueno o entierra la idea de manera definitiva.»

Palacio Olabarri, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao. Vista de la sala de juntas en 1991

 

«Lo sucedido supone un revés ines­perado para el Puerto, que tenía «bas­tante avanzadas» las negociaciones con varios grupos empresariales que se habían interesado en poner en marcha un establecimiento de gran calidad en el inmueble, en régimen de alquiler, afirman fuentes cerca­nas a estas conversaciones. La nega­tiva a autorizar el proyecto en los tér­minos en los que fue presentado (se pretendía ganar una altura en el edificio anexo de oficinas) obligará a la Autoridad Portuaria a llevar a cabo nuevos informes, lo que, en el me­jor de los casos/implicará un retraso de más de un año y un encarecimien­to de varias decenas de miles de eu­ros.

¿Por qué Ura y Patrimonio se han negado a dar su plácet al estableci­miento de lujo? Ambas institucio­nes desconfían del impacto que po­drían tener las obras, que prevén una ampliación de 1.110 metros cuadra­dos. En concreto, la Agencia Vasca del Agua afirma que «se pueden pro­vocar problemas ambientales significativos». Sus técnicos advierten de que la zona del Campo Volantín es un área «altamente inundable» y que la actual normativa es muy rigurosa con aquellas intervenciones que im­plican «un aumentó de la superficie o del volumen de los edificios exis­tentes en los espacios vulnerables». Por eso muestra su rechazo y pide más estudios de cara a descartar que se pueda interferir de manera nega­tiva en el caso de una gran crecida. Hay que recordar, por ejemplo, que no muy lejos del Palacio Olabarri se denegó el permiso para habilitar un restaurante sobre el cauce de la ría con este mismo razonamiento.»

Palacio Olabarri, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao. Detalle del despacho de la presidencia

 

Por su parte, la Dirección de Patri­monio, dependiente de la conseje­ría de Cultura, pone el acento en que el edificio histórico goza de una pro­tección local del nivel A por su belle­za monumental y que el inmueble anexo de oficinas también está cata­logado, con la vitola C. Y, además, apunta que el conjunto «se conside­ra merecedor de ser declarado Bien Cultural Calificado». A sus técnicos les ha sorprendido la inconcreción de la propuesta presentada por el Puerto y el Ayuntamiento. No se de­termina cómo se ejecutarán los tra­bajos, en qué consistirán o a qué par­tes de los inmuebles afectará. Por ello concluyen que el plan presentado «puede suponer un impacto irrever­sible sobre el conjunto». El proyecto presentado prevé ampliar en 1.110 metros cuadrados la superficie, construyendo una planta más en la zona de oficinas.

«El Puerto y el Ayuntamiento ten­drán ahora que empezar casi de cero para tratar de sacar adelante el pro­yecto. El Palacio Olabarri apenas tie­ne uso desde que la sede de la Auto­ridad Portuaria se trasladó hace casi una década a Santurtzi. Desde en­tonces se ha intentado sin éxito ven­der la propiedad, tasada en su día en 17 millones de euros. En el pasado sonó también como alternativa para ampliar el Museo de Bellas Artes, pero la idea finalmente no cuajó.»

Palacio Olabarri, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao. Viata del hall y escalera principal

 

La mayoría de las residencias de la burguesía industrial y comercial bilbaína han ido desapareciendo a lo largo de las últimas décadas del siglo XX, siendo muy escasas las muestras que han llegado hasta nuestros días en un aceptable estado de conservación, tanto en lo que respecta a su arquitectura como a todos los elementos complementarios de una decoración que solía ser especialmente cuidada, digna y representativa del buen hacer de todos los oficios artesanos. El palacio Ibaigane, de don Ramón de la Sota, hoy sede del Athletic Club, en la alameda de Mazarredo, obra del arquitecto Gregorio de Ibarreche es otra muestra de valor. Esta es una razón que debiera hacer considerar tanto a la Autoridad Portuaria de Bilbao como al propio ayuntamiento de la Villa, la importancia de preservar lo más integramente posible este legado patrimonial.

Palacio Olabarri, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao. Vista del antiguo despacho