Sin la preceptiva licencia, aunque muy probablemente con un consentimiento más o menos tácito, en pleno verano de hace 24 años se procedía al inicio de la demolición de dos joyas del Patrimonio Industrial Vasco, los dos puentes de hierro sobre el río Kadagua, entre Barakaldo y Bilbao, obra del ingeniero Pablo de Alzola, y la magnífica nave de estructura de madera de Ercros, en Lutxana, Barakaldo. AVPIOP, en una actuación de emergencia, y con el apoyo del Servicio de Patrimonio de la Diputación Foral de Bizkaia, logró salvar, in extremis, uno de los dos puentes y el principal conjunto de naves seriadas.
Hoy lo recordamos aquí, para conocimiento de todos aquellos que por edad no pudieron vivirlo y para recordatorio de todos los demás. Pese al empeño de muchos municipios en hacer tabla rasa con el patrimonio de su rico pasado industrial, los escasos restos materiales que hoy nos quedan de la memoria de la industrialización en el País Vasco, están con nosotros por la decisión firme de evitar su demolición indiscriminada que desde la ciudadanía se ha mantenido desde hace décadas. Desde la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, por ejemplo.
Se puso de manifiesto la actitud prepotente de los representantes políticos municipales que manifestaron que las autorizarían más adelante, aunque tuvieran un gran valor patrimonial. Finalmente se vieron forzados a paralizar las demoliciones, y al reconocer el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco su valor cultural, no tuvieron más remedio que aceptar la preservación, motivo por el cual hoy aún ambos elementos están aún en pie.
La Diputación pide que se paralice el derribo de un puente y un pabellón en Barakaldo
Patrimonio aboga por conservar estas construcciones de “gran valor histórico”
Luis Alfonso Gámez. Sábado, 1 de julio de 1995
La Diputación vizcaína solicitó ayer al Ayuntamiento de Barakaldo que paralice el derribo de una nave industrial de la empresa Ercros y de un puente de hiero propiedad de Renfe, por su “gran valor histórico”. La actuación del Departamento de Cultura se produjo a instancias de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y la Obra Pública, cuyo presidente, Joaquín Cárcamo, informó a la institución foral de la demolición de ambas estructuras, ubicadas en la vega del Cadagua.
El pabellón de Ercros es una “joya arquitectónica”, según la historiadora Marta Zabala, ya que la estructura es “de madera de pinotea” y está en perfecto estado de conservación. “Los trabajadores de la empresa lo llamaban la catedral, lo que da un a idea de su belleza”. El edificio, construido en 1909, consta de nueve naves de 13 metros de anchura cada una, y sirvió hasta 1992 como almacén de fosfatos. La empresa encargada del derribo había desmontado parte de la cubierta del inmueble antes de que ayer se paralizaran los trabajos.
La demolición del pabellón comenzó hace unos veinte días. Poco después, el Departamento de Cultura del Gobierno vasco comprobó que las “obras se realizaban sin la correspondiente licencia”, apunta Joaquín Cárcamo. Sin embargo, los trabajos continuaron hasta ayer, cuando la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública presentó en el Ayuntamiento de Barakaldo una denuncia contra la firma encargada de la demolición. “Creemos –se lamenta Cárcamo– que ya han derribado un par de naves del edificio, pero no lo sabemos con seguridad porque no nos dejan entrar”.
La actuación de la Diputación llegó también demasiado tarde para uno de los dos cajones del puente de hierro , de la línea ferroviaria Bilbao-Portugalete, que el ingeniero Pablo de Alzola construyó sobre el Cadagua a finales del siglo XIX. Fuera de servicio desde que Renfe levantó hace 15 años un puente de hormigón, el viaducto de doble cajón servía hasta ayer de paso peatonal. Un portavoz de la compañía ferroviaria indicó a este periódico que las obras de desmantelamiento del puente empezaron el pasado día 12 y que el destino del material era la chatarra.
Sin protección
Tanto el pabellón de Ercros como el viaducto de Renfe figuran en el inventario del patrimonio vasco, a pesar de lo cual nunca se han tomado medidas para su protección. Los historiadores achacan el derribo parcial de ambas estructuras a –la falta de sensibilidad de la Corporación baracaldesa y de la compañía ferroviaria. “El Ayuntamiento de Barakaldo –dicen– no ha mostrado nunca el mínimo interés por conservar el patrimonio industrial del municipio, que tiene un gran valor cultural. Concede autorización de derribo solo para dejar suelo libre”.
Los expertos abogan porque se conserven algunos vestigios del “pasado industrial” y no se derribe “indiscriminadamente”. “El Gobierno vasco tiene que publicar cuanto antes cuál es el grado de protección de cada una de las construcciones incluidas en el inventario del patrimonio”, concluye Joaquín Cárcamo.
Tres días más tarde, el martes 4 de julio, el mismo diario El Correo publicaba la siguiente información:
Barakaldo paraliza el derribo de un edificio histórico por falta de permiso
El Ayuntamiento no descarta su demolición en el futuro
Nika Cuenca, Bilbao, 4 de julio de 1995
El Ayuntamiento de Barakaldo ha decidido paralizar los derribos de un pabellón industrial de la empresa Ercros y un puente de hierro propiedad de Renfe, tras la solicitud cursada el pasado viernes por la Diputación vizcaína. El alcalde en funciones de la localidad fabril, Diego Moyano, aseguró ayer que la suspensión de las obras se debe exclusivamente a que las empresas que acometían las demoliciones “carecen del permiso necesario”. Moyano descartó que la decisión atendiese a motivos de patrimonio histórico, ya que estas obras “solo forman parte de un catálogo provisional de ruinas industriales”.
El concejal de Cultura corroboró en la mañana de ayer la suspensión de los derribos y dio “por zanjada” la cuestión tras reunirse con técnicos municipales. La medida, que se hizo efectiva en la tarde del viernes gracias a un decreto de Alcaldía, fue calificada de “paso adelante” por la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, que alertó al Departamento de Cultura de las demoliciones realizadas en la vega del Cadagua.
“Una osadía”
Sin embargo, Maite Ibáñez, representante de esta organización, considera “una osadía” que Moyano no descarte los derribos si se cumplen los requisitos legales. “Estamos tramitando un expediente para que la Junta del Patrimonio del Gobierno vasco considere bienes calificados a ambas construcciones. Si sale adelante, no habrá demolición posible”, subrayó.
Las estructuras están consideradas por Patrimonio como de “un gran valor histórico”. Para Marta Zabala, representante de la asociación denunciante, el pabellón de Ercoros, construido en 1909, es “una joya arquitectónica”.
El Departamento de Cultura del Gobierno vasco comprobó que la demolición del pabellón, iniciada a principios del mes pasado, se realizaba sin la correspondiente autorización municipal. Sin embargo, los trabajos de derribo de la obra, que, al igual que el puente de hierro figura en el inventario del patrimonio vasco, continuaron hasta el pasado viernes.
Agentes de la Policía local han vigilado las estructuras desde que el Ayuntamiento de Barakaldo paralizase los derribos.
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