VESTIGIO DE LA INDUSTRIA MINERA

El horno de calcinación de Ortuella estrenará su nueva era en verano

El renovado centro formativo y cultural, cuyas obras acabarán en marzo, ha sido diseñado para fomentar la actividad empresarial

Ortuella tiene bien claro cuál es su pasado y hacia dónde quiere encarrilar su futuro. Los vestigios de la industria minera aún se encuentran en diversos rincones del municipio. Es el caso del antiguo horno de calcinación utilizado en los años 60 para enriquecer el mineral de hierro. La estructura fue declarada monumento histórico por el Gobierno vasco en 2008 y ha sido reformada ahora con la mirada puesta en el fomento de la actividad empresarial de la zona. Dada su ubicación, junto al polígono industrial Granada, el edificio será un lugar de fácil acceso tanto para los vecinos como para los trabajadores de las empresas que se formen. Y otro exponente de la dirección en la que la localidad quiere avanzar.

Los excesos del pasado industrial a menudo pasan factura y la restauración del horno lo demuestra. A finales de 2009, cuando la obra no había hecho más que empezar, la firma adjudicataria de los trabajos encontró amianto en la vieja estructura. Inmediatamente se procedió a la limpieza de las paredes afectadas, pero esto no ha impedido que el proyecto acumule un retraso de tres meses. Así las cosas, el plazo de entrega de la obra, que en principio se había planeado para finales de año, se ha visto alargado hasta el 31 de marzo de 2011.

Proyecto de rehabilitación de horno de siderita en Ortuella. Arquitecto, Ramón Garitano.

Recuerdos del pasado
A pesar de contar ya con un plazo de finalización, el alcalde de Ortuella, Oskar Martínez, prefiere no aventurar una fecha concreta de apertura. «La cercanía de las elecciones no puede marcar el calendario del proyecto», dice. «La inauguración quedará a cargo de quien gane la alcaldía», añade.
El proyecto contempla la construcción de varias aulas formativas en el piso bajo del edificio. En el intermedio se ubicará una sala de audiovisuales con capacidad para un centenar de personas y en el superior una cafetería con acceso directo al polígono Granada. Además, el taller de cerámica del municipio se trasladará allí. Las paredes de los pasillos serán decoradas con imágenes, mapas e ilustraciones del antiguo horno de calcinación, para recordar el pasado. Asimismo, se contempla llevar algún barreno u otra herramienta relacionada con la minería para exponerla en alguna de las dependencias.
En cualquier caso, Martínez no quiere perder de vista la nueva vocación «funcional» del horno. «Aunque incluiremos elementos culturales como símbolo de su pasado, queremos que su principal propósito sea servir de herramienta para las empresas, advierte.