Esmaltaciones San Ignacio fue fundada en Oñate en 1944 por los empresarios guipuzcoanos Ignacio Emparanza Gaztañaga y Juan Arregui Garay. En 1950 traslada sus oficinas centrales y a los dos socios fundadores se les unen Manuel Otaduy Rivière, Abdón Argárate Balzategui, José Mª Arrázola Lizaur, Juan Pagola e Ignacio Chacón. Éste último fue la conexión vitoriana con el resto de los socios y el causante de la ubicación de la factoría en la zona industrial de Olarizu. En 1964, junto a la fábrica, fue levantado el edificio de oficinas de la empresa, obra de los arquitectos Ramón Azpiazu y Enrique Marimón, y una de las muestras más valiosas de la construcción industrial en Vitoria durante los años sesenta del siglo XX.

Esmaltaciones San Ignacio, 1964. Foto Arqué.Archivo Municipal Vitoria-Gasteiz.

 

Durante la década de los años sesenta y setenta se produce un rápido crecimiento mediante la adquisición de diferentes empresas del sector produciéndose la consolidación de la compañía. En 1967 comienza la colaboración con la multinacional Dupont.

Fue la primera empresa del Estado que lanzó la tradicional batería de cocina compuesta de 8 piezas. Además fue pionera en aplicar recubrimiento antiadherente a las sartenes y al resto de artículos.

A lo largo del año 2005 se produce un planteamiento de cambio e innovación, que afecta a todos los niveles del grupo, desde el logotipo hasta la construcción de unas nuevas instalaciones productivas, almacén y oficinas que albergarán la nueva sede central de San Ignacio.

Instalaciones de Esmaltaciones San Ignacio. Alava (1964). En Revista Financiera del Banco de Vizcaya.

 

A partir de entonces, el devenir de Esmaltaciones San Ignacio está vinculado con la inversión que la compañía realizó en 2005, con el fin de modernizar sus instalaciones. En dicho año, la empresa trasladó sus instalaciones productivas hasta el polígono industrial de Jundiz. La operación se sustentó en una operación urbanística de recalificación de los terrenos liberados para la construcción de 904 viviendas.

Sin embargo, la compañía no logró sus planes y en 2007 se vio obligada a presentar concurso de acreedores al no poder hacer frente a sus pagos. Los trabajadores reclamaron ante el Ministerio Fiscal, por las continuas irregularidades que se habrían cometido en el proceso de cierre de la planta de Júndiz. Aunque la empresa cerró en Vitoria, otro entramado de empresas sigue fabricando sus productos en el extranjero.

La bateria de cocina Lido

Batería de cocina Lido. Entrediseños (1996) Catálogo de la exposición sobre Diseño industrial vasco. Bilbao.

Uno de los productos estrella de San ignacio fue la batería de cocina Lido que salió al mercado en 1963. Fue muy novedosa en el mercado nacional, al ser la primera que prescindió de asideros. Se desarrolló bajo el concepto “De la cocina a la mesa”. La tapa estaba diseñada de forma que servía también de salvamanteles; invirtiendo la tapa y sobre ella, a modo de base de sustentación, se podía colocar la cazuela.

El asa fue sustituida por un aro de varilla desmontable, insertado en el cuerpo de la cazuela, que facilitaba su transporte y apilamiento.
Estuvo en el mercado nacional de menaje más de veinte años con gran éxito comercial.

UNGRIA, Alfonso (1962) Memoria descriptiva de batería de cocina perfeccionada.

 

Artziniegako Museo Etnografikoa

 

Artziniegako Museo Etnografikoa