La Delegación de Bizkaia del COAVN, Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, dedicó el número 2 de la colección Gaur Arkitekturkideak / Arquitectos Contemporáneos, publicado en 1994, al arquitecto Jesús Rafael Basterrechea (Bilbao, 1908 – Bilbao, 2002). Además de su importante obra arquitectónica, Basterrechea desarrolló, sobre todo en su juventud y tras dejar su trabajo profesional, una vocación pictórica y literaria. En la citada publicación, dirigida por Íñigo de Viar y que incluye también una entrevista realizada por Francisco Javier y Bernardo García de la Torre, se publicaron algunos de los poemas; entre ellos el titulado La ferrería / Ola que por su interés reproducimos a continuación.

J. R. Basterrechea frente a su retrato realizado por Aranoa en el mural de la Diputación. (Foto: página 18 de la publicación del COAVN
En sus Conversaciones con Iñigo de Viar, al ser preguntado por su poesía, Basterrechea afirma que «Respecto a la poesía a mí siempre me ha gustado leer y retener mentalmente mucha poesía, los clásicos hasta los Machado, y durante dos años me dediqué con profundidad a escribir poesía. Todo lo que he escrito está en metros clásicos. Con Carlos de Miguel en sexto curso de la carrera, en la clase de Proyectos, hablábamos mucho de poesía, de ahí viene mi afición y ahí está la relación entre arquitectura y poesía. Nos gustaba Juan Ramón Jiménez y los Machado. (Tras ello Basterrechea recitó de memoria una poesía de Machado, aprendida durante sus clases de preyectos…).
He compuesto muchas poesías sobre temas de Bilbao, también sobre temas abstractos, más líricos o temas descriptivos. Por ejemplo la trilogía del Pan, la Harina y el Trigo. Al hacer poesía tengo tendencia a la descripción, algo ligado a mi personalidad, poesías absolutamente descriptivas como «La Ferrería», donde se habla del trabajo en una frágua desde la mañana hasta cerrar por la noche. He compuesto muchos sonetos -el soneto es la forma más rígida y dificultosa de rematar- he compuesto sonetos sobre las cosas más nimias e insignificantes, un soneto a los barrenderos, a los afiladores o a las farolas de gas...»
LA FERRERÍA
.
Despierta la ferrería.
Se despereza; es la aurora.
El caz libremente añora
dar vuelo a su fantasía.
Y empieza la algarabía
del rodezno en el instante
en que el agua chispeante
corre a su encuentro y le besa:
colma la primera artesa
y gira el eje chirriante.
.
Luce la fragua encendida;
que con mil chispas se adorna
y el rojo en blanco se torna
cuando el fuelle le da vida.
Con la correa ceñida
del duro mandil de cuero
el ferrón, recio y certero
pone en marcha el martinete
que, a puñadas acomete
sobre su yunque de acero.
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De llamas, el resplandor
negras sombra da en el muro,
y en cada rincón oscuro
rebulle su rojo herbor.
El reberbero mayor
quema la carne desnuda
del ferrón, que aguanta y suda.
Y el tenso músculo brilla
con claridad amarilla
donde el cuero no lo escuda.
.
Con las tenazas tomando
el rojo metal somete
al golpe del martinete
que certero golpeando
va poco a poco domando
el indómito metal,
que rendido a fuerza tal
y ablandado al rojo vivo
entre otros hierros cautivo
cede dócil al final.
.
Contempla el ferrón la sombra
del hierro recién forjado
que con tino ha terminado
y por su justeza asombra.
De brasas queda una alfombra
que poco a poco se enfría.
Del martinete la guía
se desplaza, y suspirando
da un último golpe blando
a cesar en su porfía.
.
La tarea terminada
quedan los fuelles vacíos
silenciosos y sombríos
a espera de otra jornada.
Queda la fragua apagada
con su ceniza y su grumo;
y en sombra y silencio sumo
de la bóveda vahída
duerme cuanto daba vida
y perdura sólo el humo.
OLA
Ola esnatu da. / Nagiak atera ditu; egunsentia da. / Burduntzaliak libreki bere irudimenari / hegalaldia emateko ametsa du. / Gurpilaren algara ura txipartatsua / bere bidera joan eta musu bat ematen / dionean hasten da: / Lehenengo oraska beterik / ardatz kirrinkatsua biratzen da.
Errementaldegi eztalia dirdiratuz, / mila txinpartekin ederreztatzen da eta / gorria zuri bihurtzen da / hauspoak bizia ematen dionean. / Larru amantaleko ihal gerrikatuarekin / ola-gizonak gabia martxan ipintzen du, zeinek / ukabilka ingude erasoten du.
Sugarrezko dirdirapenak / itzal beltzak ematen ditu orman, / eta bazter ilun bakoitzean / bere galgara gorria mugitzen da. / Lama handienak ola-gizonaren aragi bilutsik / erretzen du, izerdi dariola jasanez. / Eta giharre estua, / larruak gerizpetzen ez duen lekuan / argitasun horiaz dirdiratzen da.
Kurrikak hartuz, gabiaren kolpeka / metal gorria eskuperatzen du, / efa gabiak benetako kolpez poliki-poliki / metal otzakitza eskuratzen du, zein indar / honetik behin errendaturik eta gori-gori / bigunduta beste burdin bartzuen artean / gatigu, azkenean molderrazki ematen du.
Ola-gizona tentuz amaitu duen burdin / forjatuaren itzala begira / eta bere justutasunaz aho-zabalik dabil. / Poliki hoztatzen den / txingar tapiza geratzen da. / Gabiaren gidariak mugituz, / azken kolpe biguna zizpuruka ematen du / bere lehia utziz.
Lana amaitu ondoren, / hauspoak hutsik geratzen dira, / isilik eta ilunak, datorren eguna itxaronez. / Errementaldegia bere hausterre eta bikorraz / itzalita dago; / eta ganga itzalpean eta isiltasun hutsean / bizia ematen zuen guztiak lo egiten du, eta / dagoen gauza bakarra kea da.
NOTA: Desconocemos el nombre del traductor al euskera. En la publicación se advierte que la poesía se ha traducido al euskera de una forma literal, por no considerar acertada la traducción rimada.
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