El Ayuntamiento de Bilbao al parecer ha dado luz verde al proyecto de un inversor ruso que desea abrir un centro de ocio en el dique húmedo de la antigua Compañía Euskalduna. En su momento, al demolerse la casi totalidad de las instalaciones del astillero, se decidió mantener una mínima parte de su importante legado patrimonial: los tres dique secos, la casa de bombas del dique nº 3 y la grúa Carola. Hoy parece que este lugar que preserva para todos los bilbaínos, aunque sea de modo ya muy limitado, la memoria del Bilbao industrial y portuario, se quiere transformar en mercancía privada. Al menos es lo que parece desprenderse de la información publicada el pasado día 15 de octubre por el diario El Correo y firmada por el periodista Josu García. Desde la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP, manifestamos nuestra oposición a que los muy escasos espacios y paisajes urbanos de la industrialización que han logrado mantenerse hasta hoy en el borde fluvial, el «waterfront» de la ciudad, sean privatizados y ocupados por actividades que muy bien pueden tener lugar en otros espacios de oportunidad, como Zorrotzaurre, necesitados de iniciativas que contribuyan a su desarrollo urbanístico y a la generación de riqueza para la villa. Más aún, cuando ese entorno es el principal activo con el que cuenta el Museo Marítimo Ría de Bilbao y la razón fundamental de su ubicación fundacional.
Luz verde a un túnel del viento y una piscina de olas junto al Museo Marítimo
El promotor, un empresario ruso, se reunirá en breve con el Ayuntamiento para cerrar el proyecto
«Han sido necesarios cuatro largos años de trámites y burocracia. Pero, al fin, el inversor ruso que desea abrir un centro de ocio en el dique húmedo del Museo Marítimo de Bilbao ha conseguido salvar el gran escollo para que su iniciativa prospere. Hace poco más de un mes, el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Demarcación de Costas, dio su visto bueno a la construcción de un proyecto que prevé habilitar una piscina de olas y un túnel del viento (una máquina que simula un salto en paracaídas) en el citado muelle, según ha podido saber EL CORREO de fuentes oficiales. El hombre de negocios de Europa del Este se reunirá «en breve» con el Ayuntamiento de la capital vizcaína para cerrar un acuerdo y convertir su propuesta en una realidad.
El Consistorio está abierto a escuchar cualquier idea que contribuya a reflotar las instalaciones que se ubican bajo el Puente Euskalduna. El Museo Marítimo cuenta con una salud financiera delicada. El año pasado, la entidad dirigida por Juan María Aburto tuvo que inyectar 75.000 euros de forma extraordinaria (además de la cuota anual de 170.000) al centro cultural para evitar que «echara la persiana», en palabras del propio alcalde. Aquella milagrosa aportación se produjo en un momento en el que no había liquidez ni para afrontar las nóminas.
El encuentro que mantendrán el inversor ruso y la Administración local será decisivo para el futuro de un complejo de ocio que sólo existe, por ahora, sobre el papel. Si al Ayuntamiento le seduce el plan y hay un entendimiento, el Museo Marítimo no tendrá otro remedio que hacer suyo el proyecto, toda vez que la institución municipal es el más generoso mecenas de las instalaciones dedicadas a la historia de la ría del Nervión y sus barcos, tras la salida de varios patronos de peso, como el Gobierno vasco o el Ministerio de Cultura.
El Consistorio busca desde hace meses una propuesta tractora que revitalice el centro cultural
El equipo de Aburto está muy interesado en aumentar los ingresos del centro cultural. Y para ello ha propuesto que se fije como prioridad la puesta en valor de espacios que están infrautilizados, como el citado dique, la sala de bombas y otros dos locales ubicados en los aledaños. En este contexto, la melodía entonada por el hombre de negocios ruso encaja perfectamente con el golpe de timón que se quiere imprimir a la iniciativa museística. Desde hace unos meses se busca «asumir más riesgos» e «innovar» para enderezar su trayectoria.
A la espera de un restaurante
Si el proyecto finalmente llega a buen puerto, la implantación de la piscina de olas y el túnel del viento supondrá un importante alivio para las maltrechas arcas del museo. Los promotores tendrán que abonar cada mes una cantidad de dinero notable por gestionar buena parte de los casi 5.000 metros cuadrados disponibles en el muelle. Pero no solo el pago de la renta es importante, el Consistorio vería con buenos ojos la implantación de una iniciativa que actuaría como elemento tractor. Se pretende dotar de vida al entorno. La propuesta del empresario ruso podría cumplir esta función, al garantizar un importante flujo de visitantes. Incluso se podría llegar a un acuerdo para la venta de entradas compartidas bonificadas, por ejemplo. Las posibilidades que se abren son múltiples.
Por ahora, los detalles del proyecto, así como la identidad de su impulsor, se guardan con celo. La concesión expedida por la Demarcación de Costas da luz verde a la ocupación de los terrenos, «de dominio público marítimo-terrestre», para la habilitación de la piscina de olas y del túnel del viento, pero también para «otros usos complementarios».
El documento al que ha tenido acceso EL CORREO no detalla cuáles serían estos servicios que acompañarían a los principales reclamos del plan. A lo largo de los últimos cuatro años se ha hablado de un restaurante o una cafetería. Incluso de un hotel. El promotor ha ido cambiando su hoja de ruta para tratar de encajar las piezas y resolver el siempre complicado rompecabezas de la viabilidad económica. Habrá que ver ahora qué presenta al Ayuntamiento y qué respuesta recibe.
Tampoco ha trascendido el volumen de la inversión necesaria. Cuando se comenzó su tramitación administrativa se habló de 9 millones de euros. La mayor parte del dinero iría destinada a la instalación de grandes máquinas para generar las corrientes de aire y de agua necesarias para el funcionamiento de las dos principales actividades que se pretenden ofertar a la clientela.
EN SU CONTEXTO
9 millones de euros. Es la inversión que se manejó inicialmente para consumar el proyecto. Sin embargo, la iniciativa ha ido modificándose en los últimos cuatro años y, por ahora, no ha trascendido el presupuesto final.
En secreto. Los detalles del plan se guardan con un riguroso celo. Tampoco se conoce la identidad del hombre de negocios ruso que estaría empujando con fuerza para convertir el complejo de ocio en una realidad.
836.000 euros. Es el coste fijo anual del Museo Marítimo. Sus patronos, entre los que se encuentran el Ayuntamiento, la Diputación, Remolcadores Ibaizabal, la Autoridad Portuaria y la Cámara de Comercio, aportan 495.000 euros. El principal mecenas es el Consistorio. Cada ejercicio entrega 170.000 euros. El año pasado, además, puso otros 75.000 euros para salvar el proyecto.
5 simuladores de paracaidismo existen ya en España. Tres de ellos se encuentran en Madrid, mientras que los otros dos están en Andalucía y Cataluña.»
ARCHIVO:
2017/05/11 Bilbao. ¿Construir un parque temático en el dique seco de la Euskalduna?
La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Públicaconmemora durante el año 2017 el 35 aniversario de la primera reunión de expertos en Patrimonio Industrial celebrada en 1982 en Bilbao y Barakaldo.
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