Según nos relata Teofilo Guiard en su texto «La Villa de Bilbao» publicado en la Geografía general del país Vasco-Navarro de Carreras Candi, «El ingeniero don Pablo de Alzola redactó, en 1871, por indicación del comercio bilbaíno, un anteproyecto que fue en parte aprobado por R. O. de 19 de Noviembre de 1872». En efecto, la Junta de Comercio había solicitado ante el Gobierno la creación de una Junta de Obras que, con tasas especiales, pudiera acometer las obras de reforma que el puerto requería. No era nada extraordinario, pues ante las dificultades para la financiación por la vía de los presupuestos del Reino, otros puertos importantes ya habían optado por esa vía de autofianciación. El puerto de Barcelona en 1869, el de Sevilla en 1870 o, también en 1872, los puertos de Santander, el 10 de mayo y de Palma de Mallorca, el 16 de agosto.
Hoy, por tanto, se cumplen 150 años de la firma de esa trascendental Real Órden que supone el nacimiento oficial del puerto de Bilbao moderno. La posibilidad de ponerlo realmente en marcha con una financiación viable no llegaría hasta unos años más tarde, en 1877, cuando la última guerra carlista hubo finalizado. La Gaceta de Madrid del viernes 7 de septiembre de 1877 publicaba el decreto firmado el día 5 de ese mes. Reproducimos a continuación la exposición previa:
Ministerio de Fomento
Exposición.
SEÑOR: La importancia mercantil del puerto de Bilbao, á cuya situación ventajosa se une la circunstancia de estar enlazado con las principales líneas de ferro-carril de España, y las dificultades que para la navegación ofrece el actual estado de su ría, exigen que el Gobierno de V. M. procure los medios de mejorarlo, á fin de que el comercio de aquella importante plaza adquiera todo el desarrollo de que es susceptible. En la imposibilidad de que el Tesoro con sus actuales recursos atienda á tan urgente necesidad, se hace precisa la imposición de un recargo sobre el derecho de carga y descarga, en los términos propuestos por la Junta de Obras de aquel puerto, y por la de Agricultura, Industria y Comercio de la provincia: arbitrios que sin ser, pues, gravosos para el comercio, favorecerán la ejecución de las obras, y con ellas las ventajas que ha de traer consigo la mayor facilidad en la navegación.
Fundado en lo expuesto, el Ministro que suscribe tiene la honra de someter á la aprobación de V. M., de acuerdo con el Consejo de Ministros, el adjunto, proyecto de decreto.
Madrid 5 de Setiembre de 1877.
SEÑOR:
A L. R. P. de V. M.
El Conde de Toreno
El Ministro dé Fomento, Francisco Queipo de Llano
La Gaceta de Madrid del 21 de agosto de 1888, en el preámbulo del Real Decreto de autorización de nuevas tasas para hacer frente a la realización de las obras del puerto del Abra, recordaba las dos fechas trascendentales para el puerto de 1872 y 1877:
EXPOSICIÓN
SEÑORA: En Noviembre de 1872 se creó la Junta de obras delegada del Gobierno para la administración y ejecución de las de mejora de la ría y puerto de Bilbao.
La crítica situación por que atravesó aquella comarca con motivo de la última guerra civil, paralizó durante algunos años la acción de dicha Junta, y para que ésta pudiera, por decirlo así, recobrar el tiempo perdido y desarrollar las obras en armonía con el creciente tráfico de aquel puerto, se estableció con destino á las mismas, por Real decreto de 5 de Septiembre de 1877, un impuesto local sobre la carga y descarga de las mercancías, y por otro de 2 de Abril de 1880 se concedió una subvención anual de 100.000 pesetas, destinada exclusivamente á la conservación y reparación de los muelles construidos por el antiguo Consulado, de los que se había hecho cargo la mencionada Corporación.
El Ministro que suscribe tiene la más viva complacencia en consignar que la Junta ha demostrado un celo y actividad tales, que constituyen un timbre de gloria, ejecutando costosas y difíciles obras que han servido para acrecentar y abaratar el tráfico mercantil, y para poner de manifiesto una vez más la reconocida competencia del Ingeniero que las ha proyectado y dirigido.
Los éxitos obtenidos, lejos de adormecer, han estimulado más y más el celo de la Junta, é inspirándose ésta en lo que la opinión del país demandaba, y atenta siempre á satisfacer las necesidades, cada día crecientes, del comercio de Bilbao, acordó proyectar el puerto del Abra, obra humanitaria que es digno complemento de las de la ría, y que viene á llenar una necesidad para la navegación en general.
El presupuesto aprobado excede de 22 millones de pesetas, y la Junta ha acudido al Gobierno de V. M. pidiendo se recarguen los impuestos establecidos y se le conceda una subvención anual, con cuyos arbitrios seguramente llevará á cabo la obra dentro del plazo que la ciencia señala como el más conveniente. La Cámara de Comercio y el Centro minero de Bilbao, con un patriotismo digno de imitación, han correspondido á las excitaciones de la Junta de obras del puerto, aceptando por unanimidad el recargo sobre los impuestos actuales de carga, á la vez que la Diputación provincial de Yizcaya y el Ayuntamiento de la capital acuden con sus recursos á la obras. subvención de estas.
El Gobierno de Y. M., teniendo en cuenta la importancia de aquel puerto y las expresivas manifestaciones de los Centros y Corporaciones de Bilbao, considera un deber acudir también en cuanto lo consientan las atenciones del Tesoro público en auxilio de dicha Junta, y al efecto, el Ministro que suscribe tiene la honra de someter á la aprobación de Y. M., de acuerdo con el Consejo de Ministros, el adjunto proyecto de decreto.
Madrid 18 de Agosto de 1888.
SEÑORA:
A L. R, P. de V. M.
José Canalejas y Méndez
El 27 de noviembre de 1877, tomaba posesión de la Junta de Obras del Puerto el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Evaristo de Churruca. Su primera decisión fue estudiar la situación, las obras necesarias y el establecimiento de prioridades. Su decisión fue ejecutar en primer lugar el Dique de encauzamiento conocido como Muelle de Hierro, con objeto de eliminar la peligrosa barra de Portugalete. Bilbao, Bizkaia, y el Páis Vasco en su conjunto tienen una deuda fundamental con Evaristo de Churruca. Y también con quienes decidieron en su momento solicitar la creación de la Junta de Obras del Puerto, los componentes de la Junta de Comercio cuyo vicepresidente era Emiliano Amman (el presidente era el gobernador de la provincia) y con otro ingeniero de caminos, Pablo de Alzola que, nos cuenta Jaio de la Puerta, se encargó de «la redacción de un ligero proyecto y presupuesto alzado para facilitar la entrada del puerto y la navegación por la ría» que fue el origen de la Órden de cración de la Junta.
ARCHIVO: PUERTO DE BILBAO
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