El catedrático de Geografia Humana Horacio Capel presentó en las I Jornadas sobre Catalogación del Patrimonio Histórico celebradas en 1995 un texto titulado El turismo industrial y el patrimonio histórico de la electricidad, en el que hacía una reflexión sobre el turismo industrial. El texto ha sido recogido en la revista electrónica Scripta Vetera que dirige el propio Horacio Capel. Pese al tiempo transcurrido, las reflexiones del reconocido geógrafo mantienen su frescura, razón por la que hemos tomado algunos párrafos significativos de su escrito para acercarnos a este ámbito tan relacionado con el patrimonio de la industrialización.

Dado que el artículo publicado carece de ilustraciones y que en el mismo se alude a algunos ejemplos pioneros del turismo industrial, entre ellos la ciudad estadounidense de Lowell en Massachusetts, de larga tradición textil, entrada en la decadencia a lo largo del siglo XX, hemos incluido algunas muestras gráficas de las iniciativas tomadas por esta ciudad a partir de la década de 1970 para lograr superar la crisis económica apostando por el amplio patrimonio heredado de su pasado industrial, en una triple vertiente: cultural, turística y de reutilización de sus antiguos edificios fabriles.

Los párrafos siguientes pertenecen al texto del profesor Capel:

«Desde 1990 un grupo de geógrafos de la Universidad de Barcelona hemos estado interesados en una línea de investigación relacionada con la innovación técnica y su impacto espacial, la cual ha dado lugar a una atención hacia el desarrollo de la industria eléctrica en Cataluña. Es esta experiencia reciente en el campo de la historia de la electricidad lo que justifica mi intervención en estas Jornadas sobre Catalogación del Patrimonio Histórico que ha organizado el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En lo que sigue trataré de dar alguna noticia de la experiencia adquirida y de los proyectos que he tenido ocasión de conocer respecto a la protección del patrimonio eléctrico, situando dichas intervenciones en el marco del desarrollo del turismo industrial.

De la conservación del patrimonio al turismo industrial

En las últimas décadas el aumento del nivel del vida y del nivel cultural y educativo de los turistas ha generado cambios importantes en la caracterización y el comportamiento de los mismos.

En primer lugar, en lo que respecta a la valoración del paisaje… Paralelamente se ha intensificado el interés por la naturaleza en sí misma… Finalmente se ha desarrollado ampliamente el turismo cultural y, dentro de él, el turismo científico y el turismo industrial. El desarrollo de este tipo de turismo constituye, en buena medida, la vuelta a los orígenes del turismo.

 

Venecia. Dagerrotipo de 1845 de la colección de John Ruskin

 

En efecto, los primeros turistas europeos, los que realizaban el «Grand Tour» o el Petit Tour» en la Europa del siglo XVIII se movían esencialmente movidos por intereses educativos y culturales… Durante el siglo XIX las preocupaciones culturales siguieron estando presentes de forma destacada en el interés de los viajeros. No hay mas que asomarse a las guías urbanas del siglo XIX para comprobar la presencia importante de informaciones de carácter cultural, no solo referidas a los monumentos artísticos sino también a instituciones científicas o culturales que el viajero debía esforzarse en conocer: museos, academias, bibliotecas y uniersidades… Fue después de la segunda guerra mundial, en el momento en que se produce la masificación del turismo en el mundo occidental cuando el viaje se va convirtiendo en una forma de descanso y relación social y cuando se difundió ampliamente el turismo de vacaciones que disfruta esencialmente del sol y la playa…

El aumento de la movilidad por la difusión del automóvil y las ofertas de transporte aéreo barato permitieron realizar viajes de vacaciones dentro del propio país, y a países extranjeros descubiertos antes por los grupos privilegiados, a donde los grupos populares acudieron buscando, el sol, la playa y, en ocasiones el alcohol barato y las diversiones. Unas vacaciones que con frecuencia han puesto énfasis en la relación social con el propio grupo de turistas, y que llega incluso, en los casos extremos, a la indiferencia total respecto al lugar que se visita.

Plano de Lowell National Historical Park (Massachusetts, EE. UU.)

 

Naturalmente los elementos culturales nunca estuvieron totalmente ausentes de esos viajes turísticos, en los que generalmente también se han incluído las obligadas visitas a los monumentos o a los paisajes pintorescos de lugar, como una alternativa complementaria. Pero el turismo cultural de nuestros días supone un cambio cualitativo importante, ya que el conocimiento de esos valores culturales se convierte en el objetivo esencial del viaje…

Aunque no es solo en los turistas exteriores en los que se piensa como visitantes de estas instalaciones. También se orientan hacia la propia población local o regional, a la que se intenta dar a veces un sentido de pertenencia e identidad con el lugar o con la comunidad. Así ocurre con muchas iniciativas surgidas en contextos muy diversos y bajo nombres diferentes: ‘museos de barrio’, ‘museos de comunidad’, ‘nueva museología’, ‘museos populares’ o, incluso, ‘ecomuseos’. Equivalen a lo que en el ámbito anglosajón se conocen como «centros de interpretación», es decir, instalaciones que dan a conocer el patrimonio cultural, en su sentido mas amplio, proponiendo explicaciones del mismo, y ayudando a la población a tomar conciencia del valor de dicho patrimonio.

Boott Cotton Mills Museum en Lowell (Foto Jlpapple Wikimedia Commons)

 

Dos aspectos del turismo cultural nos interesan esencialmente. Uno el que podríamos llamar turismo científico. Otro el turismo industrial. Uno y otro pueden encontrarse a su vez con frecuencia intimamente relacionados.

El turismo científico tiene como objetivo la visita de museos científico-técnicos, de instituciones científicas e, incluso, de centros de investigación. Su importancia es creciente, como lo muestra el hecho de que solo en Alemania se cuentan varios millones de visitantes al año a los museos científicos y técnicos.

En cuanto al turismo industrial, se trata de una rama nueva de la actividad turística que está teniendo un desarrollo espectacular en los últimos años y que ha conducido a la aparición de una nueva rama de la geografía del turismo, denominada precisamente como turismo industrial. Ese turismo se traduce hoy no solo en visitas a las instalaciones industriales ya en desuso sino también a los complejos industriales actuales que se encuentran en funcionamiento. Finalmente, se han organizado rutas específicas de carácter industrial que complementan a otras tradicionales histórico-artísticas -como puede ser a escala europea, por ejemplo, el camino de Santiago. Y en lo que se refiere a las ciudades, algunas guías turísticas o materiales elaborados con finalidades didácticas han incorporado ya las instalaciones industriales como elemento a visitar.

Boott Cotton Mills Museum en Lowell (Massachusetts, EE. UU.)

 

Este tipo de turismo se ha desarrollado ampliamente en Gran Bretaña y Estados Unidos y en los países escandinavos desde hace ya algunos años.

En Estados Unidos y Gran Bretaña desde finales de los 70 existen iniciativas para poner en valor algunas instalaciones industriales. Entre las mas tempranas se encuentra la puesta en valor del núcleo manufacturero textil de Lowell, en Masschussets, desde 1977, al que siguieron otras diversas. El interés de las realizaciones norteamericanas explica que hayan sido tomadas como modelo en Europa; para tener una idea de su atractivo e impacto económico bastará con señalar que entre septiembre de 1983 y diciembre de 1987 la fundiciones de Birmingham, Alabama, recibieron unos 275.000 visitantes. En Suecia central el Ecomuseo de Bergslagen ha gozado desde aquellos años de merecida fama.

Boott Cotton Mills. El Museo en el centro de la foto, rodeado del resto de los edificios fabriles convertidos en apartamentos y oficinas.
Lowell (Massachusetts, EE. UU.)

 

La atención se dirigió en un primer momento hacia los establecimientos industriales ya obsoletos o en crisis por el proceso de reestructuración industrial.

Desde hace ya algunos años se discute la posibilidad de revitalizar ciudades en crisis mediante el desarrollo del turismo y en especial como podría convertirse las instalaciones industriales obsoletas a los usos turísticos.

Se han diseñado estrategias para identificar, clasificar y promover la arqueología industrial en diversos países europeos. En Escocia, por ejemplo, se han valorado las antiguas industrias del hierro en Dunaskin, Ayrshire, investigando la promoción de la herencia industrial regional para el desarrollo económico y para las areas que sufren de paro industrial.»

En primer término Appleton Mills y Hamilton Mills transformados en apartamentos, lofts, oficinas, equipamientos o aparcamientos. Al fondo, los antiguos Lowell Mills, hoy convertidos en Centro de visitantes.

 

La mayoría de los trabajadores de las antiguas fábricas de Lowell fueron mujeres.

 

Archivo:

08/02/2018. AVPIOP y los comienzos del Turismo Industrial en el País Vasco: 1997-2017 (y III)

23/12/2016. AVPIOP y los comienzos del Turismo Industrial en el País Vasco: 1997-2017 (II)

18/12/2016. AVPIOP y los comienzos del Turismo Industrial en el País Vasco: 1997-2017 (I)

La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública ha conmemorado durante el año 2017 el 35 aniversario de la  primera reunión de expertos en Patrimonio Industrial celebrada en 1982 en Bilbao y Barakaldo.

35 años de Patrimonio Industrial. 1982-2017