Cementos Rezola en Añorga es un enclave industrial cuya historia cuenta ya con más de siglo y medio de andadura. Su nacimiento en Añorga Txiki está ligado al despegue y auge del sector del cemento natural en la Gipuzkoa de mediados del siglo XIX. La fábrica se encuentra indisolublemente ligada al apellido Rezola, saga que inaugura en la década de los años cincuenta del siglo XIX José María Rezola Gaztañaga. Seguiremos a la historiadora M.ª José Torrecilla en su relato de la historia de Cementos Rezola y su expansión en Añorga Haundi, incluido en la publicación Patrimonio Industrial en el País Vasco, Volumen I, 2012  (pp. 330-335):

Añorga Haundi, el barrio creado tras la construcción de la fábrica de cemento Portland por Rezola, en una imagen reciente de Google Maps. Se ha señalado la posición del frontón.

 

Tras proceder a una completa transformación financiera, se inicia la construcción de una nueva planta en la finca Añorga Aundi recién adquirida (1900). En este nuevo emplazamiento nacerá la nueva división de portland,..

También es esta primera planta de portland la responsable de poner las bases de desarrollo del futuro barrio de Añorga Aundi, donde se localizarán en adelante no sólo las instalaciones de la fábrica (abandonado el cemento natural y la planta de Añorga Txiki hacia 1915), sino también el grueso de la colonia obrera, los edificios de servicio común, las oficinas, etc…

Pero a pesar de estos cambios, el entorno de Añorga seguiría sin poder explicarse sin la presencia de la empresa. Es cierto que la remodelación de la carretera ha sacrificado en etapas sucesivas los apartaderos y las dos vías de servicio del tren, algunas de las primeras casas de obreros junto a la línea de la fábrica (1901) o el desaparecido grupo San Ignacio en dirección a Añorga Txiki. Pero también es una realidad que si nos detenemos en el barrio la historia de la firma es la responsable de las construcciones que a uno y otro lado de la carretera jalonan el recorrido. Y, en especial, las que se presentan en la ladera al otro lado de la carretera, que obedecen en su mayor parte a las premisas de obra social de Cementos Rezola y que abarcan una horquilla cronológica entre 1904 y 1962.

 

Frontón Rezola. Añorga, 2006 (Foto archivo JCM/AVPIOP

 

El año 1950 fue importante para la empresa Cementos Rezola. Se cumplían cincuenta años de su fundación y el barrio de Añorga de Donostia-San Sebastián, en el que se ubicaba la empresa iba a ser testigo de importantes cambios. En el libro Cementos Rezola. 150 años de historia, de M. Ibañez, M. J. Torrecilla y M. Zabala, las autoras nos cuentan que en ese «año se cumple el cincuenta aniversario de la fábrica de Añorga Aundi, una efemérides para cuya celebración la empresa reservó la inauguración del más selecto grupo de viviendas construidas hasta entonces: el barrio del Cincuentenario, en Recalde, 28 viviendas escalonadas con sus jardines, frontón y zona deportiva«. Un año antes, en 1849, se había inaugurado un complejo deportivo cuyos dos elementos más destacados eran el campo de fútbol y el nuevo frontón que sustituía al anterior de 1929.

Añorga. Perspectiva del frontón. 1948. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

Para abordar la construcción del frontón, la empresa encargó el proyecto al ingeniero Eduardo Torroja (1899-1961), ya prestigioso en aquellos momentos por su dominio de las estructuras de hormigón armado. Torroja había proyectado delgadas cubiertas laminares, como las del mercado de Algeciras (1933), el frontón Recoletos de Madrid (1935) o el hipódromo de la Zarzuela, también en Madrid (1935), las tres construidas. En todos los casos se trataba de cubrir grandes espacios sin apoyos intermedios con láminas de pequeños espesores (9 cm en el casquete esférico de Algeciras, 8 cm en las grandes láminas cilíndricas del frontón y de entre 5 y 15 cm en los hiperboloides del hipódromo). Después de la Guerra Civil, las cubiertas laminares más importante que realizó Torroja fueron las de las naves de ENASA (1948) y la del Club de Táchira en Caracas, Venezuela, proyectada en 1955 junto al arquitecto Fruto Vivas.

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

El proyecto de la cubierta lo realiza Torroja en colaboración con el ingeniero Juan Batanero (1915-1984) autor, entre otras obras, del puente atirantado de La Salve en Bilbao). En el archivo de Eduarto Torroja depositado en el CEHOPU-CEDEX de Madrid, se conservan algunos documentos del proyecto y fotografías de la construcción. De la ficha del archivo tomamos el siguiente texto con las características del proyecto realizado en 1948:

Eduardo Torroja y Juan Batanero presentaron dos soluciones para la cubierta del frontón que el arquitecto Agustín Aguirre había proyectado para la empresa Cementos Rezola, para sustituir el antiguo, en su fábrica del barrio de Añorga en San Sebastián. Fue inaugurado en 1949. La primera solución para la cubierta comprendía una lámina ondulada de hormigón pretensado y la segunda, proponía utilizar láminas en forma de dientes de sierra invertidos. Se optó por la cubierta ondulada compuesta por cuatro ondulaciones apoyadas en vigas laterales que apoyaban sobre la pared del fondo, los rodillos laterales y dos postes frontales. Las dimensiones del frontón eran 34,75 metros de largo por 10 de ancho y una altura de 8,50 metros.

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

El Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc) promovió para la instalación en su sede en 2004, durante la celebración del 70 aniversario de la creación del Instituto de la Construcción y de la Edificación por parte de Eduardo Torroja, una exposición que también fue recogida en una publicación: Eduardo Torroja, Obras y proyectos. Tanto en la exposición como en el libro se dedicó un espacio al frontón de Añorga y las imágenes se acompañaban de un breve texto: «La cubierta del frontón es una lámina polilobulada de 12 m de luz y espesor de 0,25 m con vigas de rigidez laterales de 1,42 y 1,53 m de canto. El cálculo se llevó a cabo utilizando el método de Finsterwalder». Evidentemente, en la cifra del espesor de la lámina debe existir una errata, dado que la misma tiene tan solo 5 cm.

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

En el libro Gipuzkoa. Guía de arquitectura, 1850-1950, editado en 2004, se alude a la búsqueda de la expresividad del cemento y el hormigón armado tanto en las construcciones fabriles y productivas de Rezola como en las deportivas, de las que se comenta: «En este sentido son especialmente relevantes las dos intervenciones de Eduardo Torroja. El Bolatoki, de 1958, con una cubierta de superficies cónicas entrelazadas y la Cubierta del frontón, de 1948, formada por una lámina de hormigón de cinco centímetros de espesor y perfil ondulado«.

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

En su tesis doctoral Las estructuras de edificación de Eduardo Torroja Miret, publicada en 2002, Joaquín Antuña Bernardo analiza en el apartado de estructuras laminares, la cubierta del frontón que, comenta: «consiste en una lamina de 12,60 m de luz entre ejes de apoyo y una longitud total de 34,75 m formada por varios tramos iguales que se repiten cada 7,81 m. La superficie total es de 446 m2«, precisando que: «La sección transversal de la lámina está formada por arcos de 90º de abertura, con un radio de 2,694 m, formando una sección ondulada«. Antuña precisa las características técnicas del sistema constructivo y destaca que la lámina se apoya únicamente en las dos vigas laterales, una de las cuales se posa sobre el muro lateral, descansando sobre rodillos que permiten su movimiento, estando la otra soportada por los dos pilares (con dos ménsulas en los extremos) y no apoyándose, por tanto, en el muro frontal. Asimismo hace hincapié en la existencia de un postensado múltiple entre las dos vigas, colocado sobre la parte baja de las ondas:

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

La lámina se apoya en unas vigas colocadas en los lados largos de la planta del mismo canto que la altura de la lámina. Una de ellas apoya en el muro lateral de cierre del frontón, fijada al mismo en el centro de la luz y colocada sobre rodillos que permiten la libre dilatación en el sentido longitudinal. El otro lado se apoya en dos soportes, formando un pórtico con un vano y dos voladizos desiguales.

Para garantizar la unión entre la lámina y las vigas longitudinales se colocan, sobre cada lóbulo de la lámina, unas armaduras transversales ancladas en una de ellas y atravesando la otra, que se tensan una vez hormigonada la lámina, apretando la tuerca del extremo (figura 5.32). Estas armaduras están situadas en el punto más bajo de la onda y se van alojadas en tubos de hierro, siendo del mismo tipo de acero que el resto de las armaduras de la lámina. Una vez tensada la armadura, el tubo se llena de mortero y se recubre de hormigón exteriormente.

Añorga. Construcción del frontón en mayo/junio de 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

Hay que dejar constancia aquí, del aspecto innovador de la solución técnica adoptada para la cubierta del frontón, ya que la primera lámina cilíndrica calculada por Torroja y realizada en España fue la cubierta del patio de la antigua Escuela Elemental de Trabajo del Instituto Católico de Artes Industriales (ICAI), calculada en 1934 cuando aún existían muy pocas referencias en Europa. Al año siguiente de la realización de la cubierta de Añorga, en 1950, Torroja y Batanero publicaron  Cubiertas laminares por cilindros donde dejarían constancia del método aplicado para la resolución de la lámina del frontón.

Con respecto al valor patrimonial del conjunto fábrica-viviendas-equipamientos construido a lo largo del tiempo por Rezola en Añorga, creando una verdadera colonia industrial, seguiremos de nuevo a M.ª José Torrecilla en la publicación anteriormente citada. La historiadora, tras examinar los edificios de las oficinas de la empresa, la iglesia, el centro social, el edificio de la que fue desde 1948 Escuela de Aprendizaje de Añorga (en el que se encuentra desde 2002 el Museum Cementos Rezola, único museo de empresa en Gipuzkoa), el salón de cine Añorga o las numerosas viviendas, se refiere a los equipamientos deportivos:

Museum Cemento Rezola. Añorga. Exposición Torroja ingeniero. 2006 (Foto archivo JCM/AVPIOP).

 

Encajados entre la carretera y la línea férrea, se encuentran los supervivientes de la dotación cultural y deportiva que la empresa ha ido levantando para el barrio… Especialmente reseñable es el frontón, proyectado por Eduardo Torroja. Inaugurado en 1949, vino a sustituir al primero levantado en 1926. Se trata de un elemento en hormigón, donde el ingeniero madrileño hizo uso de su original cubierta laminar, apoyada en sendas paredes y dos esbeltos pilares en el lado largo libre. En la elección de este innovador ingeniero influyó su probada capacidad técnica… De su solidez y utilidad da cuenta una fisonomía actual que es casi la misma con que se inauguró. No le falta siquiera el bola-toki y merendero cubierto que se le adosó en el ángulo norte de la construcción.

El campo de fútbol, que igualmente se construyó en 1949 con motivo del centenario de la empresa, tampoco ha cambiado demasiado. Encaja con milimétrica precisión en el extremo sur de la estrecha franja de terreno entre la carretera y la vía férrea. Destaca su graderío escalonado al oeste, presidido por la tribuna destacada con la sólida columna de hormigón que proclama el nombre de la empresa.

Frontón Rezola. Añorga, 2006 (Foto archivo JCM/AVPIOP)

 

Por último, con respecto también al interés patrimonial del frontón y del bolatoki (la bolera, realizada diez años más tarde, en 1959), la Fundación Docomomo Ibérico –documentación y conservación de la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno- ha recogido ambas construcciones en su base de datos Registros del Movimiento Moderno, valorando que «en ambos casos utiliza el hormigón para demostrar las capacidades técnicas y expresivas del cemento utilizado en el hormigón. En el caso de la cubierta del frontón, utiliza el hormigón en forma de una fina lámina de 5 cm de espesor; la principal característica de esta lámina es su perfil, de aspecto ondulado, de gran belleza y originalidad.»

Bolatoki Rezola. Añorga, 2006 (Foto archivo JCM/AVPIOP

 

Un tercer elemento a destacar en el complejo deportivo es el esbelto edificio-torre que soporta el asta de la bandera, ubicado en el centro del lateral del campo de fútbol, también denominado monolito, proyectado por el arquitecto Joaquín Domínguez en 1946, poseedor de un alto valor icónico como se puede apreciar en las fotografías que ilustran esta entrada.

El frontón, al igual que otros edificios de la colonia Rezola, se ha mantenido prácticamente inalterado desde su inauguración. Únicamente se le incorporó hace algunos años un pequeño muro y una protección de chapa en la zaguera, para protegerlo de la lluvia. Esto ha sido así durante 68 años, hasta que durante el pasado 2017 se le añadió un gran cerramiento y cubierta exterior. De ello hablaremos en una próxima entrada.

 

Añorga. Club de Deportes Rezola en 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

Añorga. Club de Deportes Rezola en 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

Añorga. Club de Deportes Rezola en 1949. Foto: Fondo Eduardo Torroja, CEHOPU-CEDEX.

 

La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública conmemora durante el año 2017 el 35 aniversario de la  primera reunión de expertos en Patrimonio Industrial celebrada en 1982 en Bilbao y Barakaldo.

35 años de Patrimonio Industrial. 1982-2017