El 11 de junio de 2014 la Consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura, Cristina Uriarte respondía a una pregunta de la parlamentaria de EH Bildu, Estitxu Breñas  con respecto a la protección de la que gozaban algunas estaciones históricas, lo siguiente:

• La estación de Plentzia (Plentzia) no está protegida. Sin embargo, está propuesta para que forme parte del Inventario de Patrimonio Cultural Vasco.
• La estación de Neguri (Getxo) está protegida, formando parte del expediente como bien cultural calificado, del Área Singularizada de Getxo.
• La estación de Deusto (Bilbao), no está protegida y se propone que forme parte del Catálogo del documento Urbanístico de Bilbao por tratarse de un bien cuya protección es local. No está propuesta para ser declarada Monumento de Euskadi.
• Estación de las Calzadas de Mallona (Bilbao), está protegida por el expediente de declaración del Camino de Santiago, como bien cultural calificado, ya que se localiza en las calzadas de Mallona por donde discurre el trazado de Camino.
• Estación de Derio (Derio) no está protegida. Sin embargo, está propuesta para que forme parte del Inventario de Patrimonio Cultural Vasco.

Conviene recordarlo ahora, cuando, no hace aún tres meses, el Ayuntamiento de Bilbao, pese a conocer el valor de la estación histórica de Deusto, procedió a derribarla, perdiendo el distrito y la Villa otra arquitectura, una más, representativa de su pasado industrial.

También muy recientemente, ha sido derribada la estación de Durango, que podría haber merecido una protección municipal y haber tenido un destino que propiciase un nuevo uso y su mantenimiento, haciendo perdurar la memoria del pasado industrial y ferroviario de la importante población.

La estación de Derio en actividad (Foto Juanjo Olaizola)

En la publicación Patrimonio Industrial en el País Vasco (Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, 2012) se dedica un espacio a la línea del ferrocarril Bilbao-Lezama, y se destaca la arquitectura y valor histórico de las estaciones de origen -en las Calzadas de Mallona de Bilbao- y final -frente al Cementerio de Bilbao en Derio- en las páginas 1886 a 1088 del volumen II, haciéndose hincapié en la relevancia de su función en el traslado de los restos mortales de los bilbaínos fallecidos -se le conocía como el tren de los muertos– con el siguiente texto para la estación de Derio:

La estación de Derio, de forma rectangular, consta de planta baja (en la que se localizaba el despacho de billetes, la sala de espera y del jefe de estación), primer piso y ático. Se compone de un cuerpo central, de dos alturas, al que se le adosan lateralmente dos cuerpos de planta única. De modesta arquitectura (los escasos recursos formales se limitan a sencillas líneas de imposta de placa lisa y al uso de guardamalletas en los aleros), destaca de manera singular por su valor histórico, su antigüedad y su simbolismo, vinculado a la erección del Cementerio de Vista Alegre.

Coche fúnebre de primera clase del ferrocarril de Bilbao a Lezama (Blog Historias del Tren)

El experto en historia del ferrocarril Juanjo Olaizola, ha dejado escrita la historia del Ferrocarril de Lezama y el valor que, tanto para Derio como para Bilbao tiene la estación. De sus escritos extractamos algunos párrafos significativos:

Las primeras noticias sobre la construcción de un ferrocarril que comunicase Bilbao con las vecinas anteiglesias de Begoña, Derio, Zamudio y Lezama que, en palabras de sus promotores «vendría a llenar una verdadera necesidad creada por el activo e incesante movimiento que notamos entre nuestro pueblo y la extensa zona que abarca el
pobladísimo caserío de la otra parte de la cordillera, que se extiende desde Banderas hasta Santa Marina», se remontan al año 1886.

Como se puede deducir, el trazado de la línea era particularmente accidentado, ya que para ascender de la estación terminal de Bilbao, situada en la Plaza del Instituto, junto a las Calzadas de Mallona, de ahí que reciba el nombre oficial de Bilbao Calzadas, hasta Artxanda, era necesario construir un duro y sinuoso trazado que, en los primeros proyectos, estaba previsto que tuviera rampas de hasta el 7%,

Finalmente, las mejoras introducidas en el proyecto implicaron construir un túnel inicialmente no previsto, de 157 metros, entre Bilbao y Begoña, así como incrementar la longitud del situado en la divisoria, que pasó a alcanzar los 445 metros. Según la prensa de la época, esta galería quedó perforada el 21 de marzo de 1891.

Apenas habían transcurrido dos días cuando el Ayuntamiento de Bilbao, que había abierto un concurso público con el propósito de adquirir terrenos para construir un nuevo cementerio para la Villa, aceptó la oferta presentada por los promotores del ferrocarril de Lezama, dispuestos a regalar al consistorio la superficie precisa en las inmediaciones de la futura estación de Derio. De este modo, la empresa ferroviaria se garantizaba una notable demanda tanto en el transporte de difuntos como de sus deudos y allegados en el viaje a su última morada y la estación de Derio se convirtió en la verdadera razón del tren, en realidad, la única opción para que su explotación pudiera dar algún beneficio a sus promotores, dado que el valle del Txorierri apenas contaba con población, recursos o industrias que pudieran dar vida a la vía férrea.

La estación de Derio, situada frente al acceso al Cementerio de Bilbao en Derio (Google Maps)

 

Estaba muy avanzada la construcción del ferrocarril cuando el 28 de marzo de 1893 se constituyó en Bilbao, con un capital social de 500.000 pesetas, la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Lezama, a la que Juan de Urrutia traspasó la concesión. Entre los principales accionistas de la nueva empresa ferroviaria se encontraban destacadas personales del mundo financiero e industrial de la época como los hermanos Víctor y Benígno Chávarri, el naviero Francisco Martínez Rodas y otras personalidades como Federico Solaegui, Casilda Iturrizar y Emilio Olano, que fue elegido presidente de la sociedad.

El avance de las obras permitió que el 2 de mayo de 1894 pudiera entrar en servicio la primera sección de la línea, entre la estación de Begoña y Lezama, ya que las obras del nuevo túnel previsto en el tramo hasta Bilbao y, sobre todo, las de la estación terminal de las Calzadas impidieron que se pudiera abrir al servicio esta última sección. Finalmente, y tras un gravísimo accidente con víctimas mortales, el 30 de marzo de 1895, entrara en servicio la sección comprendida entre la estación provisional de Begoña y la definitiva terminal de BilbaoCalzadas.

La Compañía del ferrocarril de Bilbao a Lezama diseñó tres modelos de edificios de viajeros para sus estaciones. El primero era un tipo singular a levantar en la cabecera de la línea; Bilbao, en pleno corazón de su Casco Viejo, en concreto en la entonces plaza del Instituto, hoy Plaza de Unamuno. Dado el entorno en el que se debía ubicar y el gran desnivel existente, se construyó un edificio singular con una fachada principal a cuatro alturas y la interior, que daba paso a los andenes, a tres. En la actualidad, esta estación, sin servicio ferroviario desde 1995, ha sido reconvertida en sede del Museo Arqueológico de Bizkaia y se encuentra protegida en el marco del camino de Santiago en este territorio histórico.

Para las restantes estaciones, se diseñó un edificio muy simple, de una solo piso y planta rectangular, en las que se distribuían los diferentes servicios de sala de espera, taquilla, despacho, gabinete de circulación y vivienda para el jefe de estación, compuesta de dos dormitorios y una cocina. Este diseño se reprodujo en las estaciones de Artxanda (San Roque), Zamudio y Lezama (La Cruz). Afortunadamente, aunque con diferentes modificaciones, en la actualidad se conserva un ejemplo de este tipo de edificios, el de la estación de Zamudio que, dada su singularidad, debería ser protegido.

El tercer modelo de estación se implantó en las estaciones más importantes de la línea que, en aquella época, no eran otras que las de Begoña y Derio, la primera por ser la que atendía a la antigua República de Begoña, municipio todavía independiente de Bilbao, y la segunda, como consecuencia de la gran actividad que estaba previsto generase el principal motor de la vía férrea: el Camposanto de Vista Alegre.

En estas estaciones se levantó un edificio dotado de un cuerpo central de dos pisos, con dos alas laterales a ambos lados, de un piso cada una de ellas. En planta baja se distribuían los diferentes servicios ferroviarios: sala de espera, taquilla, gabinete de circulación, almacén de mercancías en régimen de pequeña y gran velocidad, mientras que la superior del cuerpo central se destinaba a vivienda del jefe de estación.

La estación de Derio en la actualidad (Foto JO/AVPIOP)

Apunta Olaizola los razones más importantes por las cuales es necesario mantener la pequeña pero importante estación de Derio, dignificando con un nuevo uso esta arquitectura ferroviaria:

La estación de Derio corresponde a un modelo de edificio estandarizado por la Compañía del ferrocarril de Bilbao a Lezama que se reprodujo, tanto en esta dependencia (situada, en realidad, en el término municipal de Zamudio), como en Begoña y Matadero/Ciudad Jardín.

Con el paso del tiempo, las estaciones de Begoña y Matadero/Ciudad Jardín fueron destruidas. En consecuencia, la estación de Derio es la única de su tipología que aun se
conserva, aunque tras 24 años sin prestar servicio y sin, por tanto, ser sometida a los habituales trabajos de mantenimiento propios de una dependencia en uso, presenta diversas patologías.

La estación de Derio fue la verdadera razón de ser del ferrocarril de Bilbao a Lezama, hoy integrado en la línea 3 de metro de Bilbao operada por EuskoTren, ya que era la única que, desde que se planteó la construcción de este tren, podía ofrecer una mínima alternativa de negocio. De hecho, el servicio de trenes fúnebres fue el más lucrativo para la empresa concesionaria del ferrocarril, que construyó en la estación de Bilbao Calzadas capillas de 1ª, 2ª y 3ª clase para ofrecer servicio de Tanatorio, y disponía también de coches especiales para transportes fúnebres en las tres categorías. Por este motivo, la primitiva estación de Derio se emplazó frente al Camposanto de Vista Alegre y no junto al núcleo urbano, ya que la principal demanda prevista se encontraba en el primer lugar. En Bilbao, el de Lezama era conocido como “El tren de los muertos” por este motivo.

El edificio de la estación de Derio se levantó en 1893, es decir, este año cumple 125 años de existencia.

Aunque la estación de Derio no presta servicio ferroviario desde 1994, no sobran en Bizkaia edificios con 125 años de antigüedad y menos con la relevancia de éste, que fue
la razón de ser del tren de Bilbao a Lezama y, en consecuencia, de que el valle del Txorierri cuente en la actualidad con una línea de metro.

El edificio de la estación de Derio no parece necesario para el servicio ferroviario, pero podría ser reutilizado para otros fines, tanto por el vecino Ayuntamiento de Derio, como por la Mancomunidad de Municipios del Txorierri, comercios especializados en la venta de productos para el Camposanto o para servicios del propio cementerio.

La estación de Derio, situada frente al acceso al Cementerio de Bilbao en Derio (Google Maps)

Pero la estación de Derio ha tenido, quizás, la desgracia de estar situada en el término municipal de Zamudio, un municipio que por lo que parece no tiene el menor interés en proteger y mantener este importante patrimonio de todos los vascos. Y es también cada día más evidente, como desde la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP-IOHLEE, se ha manifestado en varias ocasiones, entre otras en el Parlamento Vasco, que la confianza depositada en que sean los propios departamentos de urbanismo de los municipios los que se encarguen de la protección del patrimonio cultural edificado que no alcanza los niveles máximos que le otorguen la declaración de Bien Cultural, es una confianza excesiva que se ha demostrado no operativa en la protección real del patrimonio vasco.

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La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública conmemora durante el año 2017 el 35 aniversario de la  primera reunión de expertos en Patrimonio Industrial celebrada en 1982 en Bilbao y Barakaldo.

35 años de Patrimonio Industrial. 1982-2017