«La harinera de «Grandes Molinos Vascos», en Zorroza, es quizás uno de los más impresionantes elementos de arquitectura industrial que encontramos a lo largo del curso de la Ría» escribe la doctora en historia del arte Ainara Martínez Matía, miembro de AVPIOP, en el texto “Grandes Molinos Vascos”, un hito en la arquitectura industrial bilbaína (Kobie, 2004). Hemos tomado algunos párrafos de la publicación relativos a las características de los dos proyectos elaborados para la fábrica, tanto el primero, más ambicioso y desechado, como el segundo y finalmente realizado.

El pasado día 27 de marzo, la Asociación Hispania Nostra incluyó en la Lista Roja del Patrimonio tanto los Grandes Molinos Vascos como la Cordelería o Fábrica de jarcias del Astillero Real de Zorroza, ambos bienes ubicados en Zorrotza, Bilbao, a solicitud de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVOPIOP.

Grandes Molinos Vascos, S. A. Fábrica de Zorroza, Bilbao. Catálogo de exportadores y productores españoles, año 1928 / Colección J. Cárcamo.

El autor de este ambicioso proyecto fue Federico de Ugalde, quien podría haberse aproximado a la arquitectura industrial precisamente al colaborar con Ramón Grotta en la realización de «La Ceres». Además, su vinculación con el sector harinero iría más allá, al ser hijo de Toribio de Ugalde (autor de algunas obras en las que se reflexiona sobre el futuro del sector harinero), hermano del encargado de «Grandes Molinos Vascos» y accionista de «Ugalde y Cía. Sociedad en Comandita», por lo que su acercamiento a la problemática de este tipo de edificios podría asentarse sobre un conocimiento directo de la misma.

El 27 de Noviembre de 1.920, Federico de Ugalde solicita, junto con Ernesto de Ugalde, director gerente de la «Sociedad Grandes Molinos Vascos», permiso para construir varios edificios destinados a fábrica de harinas, almacén y depósitos de grano. El solar no era completamente ocupado por las instalaciones harineras, sino que se dejaba abierto a futuras ampliaciones.

Este primer proyecto planteaba un edificio de grandes dimensiones, formado por dos cuerpos independientes (fábrica – almacén y edificio de silos)…

Grandes Molinos Vascos / Foto: Ebaki. 28 de abril de 2018. Wikimedia Commons.

…Sin embargo, y a pesar de haber obtenido el permiso para iniciar las obras en Zorroza, el diez de Enero de 1923 Federico de Ugalde solicita permiso para realizar algunas modificaciones en el proyecto, optando por una fábrica de dimensiones más reducidas, aunque sin especificar las razones que impulsan a la empresa a reducir sus expectativas; el plan fue definitivamente aprobado el 18 de Septiembre, y las obras debieron de comenzar inmediatamente, ya que concluyeron poco más de un año después.

Los nuevos planos, según los cuales el inmueble alcanzaría una altura total, en su parte más elevada, de 33 metros, muestran una profunda modificación de las instalaciones, no sólo en cuanto a su tamaño, sino también, y principalmente, respecto a su apariencia externa. El sobrio pero a un tiempo monumental clasicismo del primitivo planteamiento (tan en relación con los modelos europeos de las últimas décadas del siglo XIX) deja paso a una concepción no menos monumental, dentro del regionalismo arquitectónico que comenzó a expandirse a partir de los primeros años del siglo XX.

La elección de este estilo parece muy apropiada para las evocaciones rurales que sugiere una fábrica de harinas, pese a encontrarse situada en una de las zonas de mayor concentración fabril de la capital bilbaína. A través de un lenguaje formal pretende paliarse el impacto que la Revolución Industrial estaba suponiendo en el paisaje cotidiano, de manera que el edificio de «Grandes Molinos Vascos» hace de las referencias al mundo popular la principal preocupación estética de su fachada.