Cerradora de latas Sömme, en Konsoni Lantegia (2012)

Cada objeto conservado en Konsoni Lantegia atesora innumerables historias. En este depósito se guardan máquinas y herramientas que nos permiten saber más de la historia industrial vasca, de procesos productivos y técnicas completas, pero también de cómo, a través de la industria, nos hemos relacionado con otros países. A nuestras fábricas y talleres han llegado las tecnologías más punteras, y desde aquí se han impulsado innovaciones e inventos que han llegado a todo el mundo. Historias de ida y vuelta, como la que hoy vamos a contar a través de una de nuestras piezas más destacadas: la cerradora de latas Sömme.

Es una estilizada máquina herramienta de metal, de 180 centímetros de alto, cuya silueta se confunde en la abigarrada nave entre taladros, sierras y fresadoras. Cuenta con un pequeño motor, que facilita el movimiento de su sencillo mecanismo, pero normalmente su accionamiento se realizaba a mano: la lata, ya llena, se colocaba sobre una pieza circular, llamada plato de cierre; encima, la tapa se dispone entre dos rutinas de cierre que conforman un cabezal; al accionar la máquina, el plato se eleva hasta oprimir el envase contra la tapa y gira, mientras las rutinas se aproximan para realizar el cierre.

Cerradora de latas, catálogo Sömme & Sundt

Esta máquina fue fabricada por Sömme & Sundt (empresa que sigue funcionando con la razón social JK Sömme y cuyo lema es «Desde Bilbao al Mundo»), que se había instalado en Bilbao a principios del siglo XX y que en 1908 fabricó la primera cerradora de latas realizada en el estado español, la Reinerts T140, de la que nuestra máquina es una variante motorizada. El fundador de esta empresa, Johannes Kielland Sömme, provenía de la ciudad de Stavanger (Noruega), uno de los principales centros conserveros de Escandinavia. J. K. Sömme se había establecido en Bilbao en 1891, contratado por la fábrica maderera Sorensen Yakhelln & Cia (la conocida Compañía de Maderas en cuyo solar se levanta hoy el Guggenheim Bilbao Museoa). Su fábrica de cerradoras de latas fundada en 1905 fue, por tanto, pionera, incorporando una tecnología que terminaba con lo que hasta entonces había sido un trabajo lento y poco eficaz, ya que cada envase debía soldarse manualmente de forma individual. A partir de entonces fueron mejorando los modelos, como este motorizado que patentaron en 1925 y empezaron a comercializar en 1927.

Catálogo Sömme & Sundt

Las industrias vascas adquirieron pronto estas máquinas, que permitían procesar hasta 8.000 latas al día. Una de ellas fue Conservas Astorquiza, empresa bermena fundada en 1921 que, desde sus comienzos, se dotó con maquinaria de la casa Sömme. Fue esta firma quien cedió la cerradora al Departamento de Cultura de Gobierno Vasco, en 1990, incorporándose así a la colección de patrimonio industrial mueble que hoy podemos disfrutar.

Tras su apariencia indescifrable, por tanto, esta máquina nos permite conocer mucho más que un proceso productivo. Una historia de ida y vuelta que va de Stavanger a Bilbao y de ahí a Bermeo y al mundo.

Si quieres saber más sobre esta pieza o sobre la colección de patrimonio industrial mueble del Gobierno Vasco depositada en Konsoni Lantegia, puede compartir tus preguntas y comentarios con el hashtag #PatrimonioIndustrialEnCasa

#YoMeQuedoEnCasa

Cerradora de latas Sömme, en Conservas Astorquiza – Bermeo (1990)

Datos técnicos

Denominación:                  Cerradora de latas

Año:                                     Hacia 1927 (patente de 1925)

Producción:                       Sömme & Sundt, Bilbao

Accionamiento:                 Manual/Motor