La Escuela de Aprendices de Altos Hornos de Vizcaya en Sestao (y III)

El edificio que alojó la Escuela de Aprendices de Sestao está ubicado en en nº 4 de la Calle Txabarri (Coordenadas Google Maps: 43.310330, -2.998008), en el borde del casco urbano, y cimentado sobre la ladera que delimitaba los terrenos de la fábrica. Hoy, como se puede ver en la imágen inferior, dista poco más de 100 metros del preservado Horno Alto nº 1, por lo que ofrece unas posibilidades extraordinarias ya que paisajísticamente ambas construcciones de la antigua Altos Hornos de Vizcaya (AHV) están cercanas y relacionadas paisajísticamente, junto con la alineación de viviendas históricas de la calle.

En esta tercera y última entrada sobre las características y el devenir histórico del edficio que alojó en sus plantas superiores la Escuela de Aprendices, ofrecemos a nuestros lectores un texto descriptivo de su arquitectura, funcional y sobria, tomado del historiador Gorka Pérez de la Peña y publicado en la Guía Urbana de Sestao. De Concejo Rural a Ciudad Posindustrial. Lo acompañamos de los planos del edificio y de algunas imágenes de su interior que permiten un acercamiento a las características de sus instalaciones, mobiliario y decoración. La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP-IOHLEE, seguirá prestando atención a todo cuanto se relacione con la recuperación y rehabilitación del edificio, haciendo posible la incorporación de nuevos usos sin que ello signifique la pérdida de la fuerte impronta industrial que posee. Una intervención arquitectónica que sea respetuosa con la preexistencia y que sepa respetar los valores de su arquitectura industrial.

Situación de la Escuela de Aprendices y del Horno Alto nº 1 / Google Maps.

«El racionalismo, además de tener una limitada incidencia en Sestao, se manifestó tardíamente, ya que los primeros edificios en este estilo se erigieron después de la guerra civil. Éste de Altos Hornos de Vizcaya constituye una buena muestra del racionalismo de posguerra debida al ingeniero José Ricardo Zubiria, que fue jefe de los servicios técnicos de esta empresa.

El proyecto se ejecutó en dos fases: la primera en 1938, con la construcción del edificio dispuesto frente a la fábrica, y la segunda en 1940 con el añadido de un nuevo edificio, aprovechando la fuerte pendiente, situado hacia la calle Txabarri.

Zubiria manejó con mano diestra el repertorio moderno: cubierta plana, ventanas apaisadas entre las que se intercalan machones de plaqueta de ladrillo, y el rigor purista con la supresión de cualquier referencia decorativa.

En la composición del edificio rompió la rigurosidad de líneas con la enfatización del cuerpo del acceso principal mediante un remate a montacaballo que incorpora un reloj, un icono muy característico del lenguaje moderno.

En lo constructivo resolvió el armazón deJ edificio con estructura de hormigón armado para así formular unas plantas libres, que eran fundamentales para organizar de manera flexible el programa previsto. En el edificio inicial se dispusieron los siguientes usos: en planta baja los vestuarios e instalaciones de calefacción, en planta primera el comedor de solteros y los baños, y en el segundo el comedor de casados con baños para hombres y mujeres. En la ampliación de 1940 se añadieron dos pisos destinados a la escuela de aprendices.»