A comienzos de la década de los noventa del siglo pasado, la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP, abordó, por encargo del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, la realización del Inventario de Patrimonio Industrial del País Vasco, un trabajo pionero que requirió un gran esfuerzo por parte de nuestra asociación pese a que no partía de la nada, puesto que se apoyaba en la labor previa realizada por cuatro historiadores y un fotógrafo entre los años 1987 y 1992 materializado en la publicación de la trilogía Patrimonio Industrial en Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.

Para la realización del trabajo, lógicamente, se tuvo que realizar una meticulosa tarea de trabajo de campo, recorriendo y valorando centenares de instalaciones industriales a lo largo y ancho del País. Con motivo de la visita a las instalaciones de Altos Hornos de Vizcaya, AHV, la Revista interna de la empresa, Acero 2000 (Año 2, nº 5 – 1992), el siguiente reportaje que reproducimos hoy para nuestros lectores:

Altos Hornos: Patrimonio Histórico Industrial

José Eugenio Villar e Iñaki Izarzugaza ante el Ilgner de Barakaldo en 1992 / Acero 2000. Revista Interna de Altos Hornos de Vizcaya, Año 2, nº 5 (1992)

Jon Minguito

Todas los pueblos que aman su historia procuran salvaguardar sus monumentos. Son el recuerdo de tiempos pasados. La explicación de muchos de los hechos actuales. Pero el monumento no es siempre un castillo, un palacio o una iglesia. A veces, la mejor muestra de cultura viva se encuentra entre los cimientos de una vieja fábrica. O en los restos oxidados de una máquina.

La Asociación Vasca del Patrimonio Industrial «lucha por recuperar los elementos materiales que conforman la historia del trabajo en este País. Útiles propios de la revolución Industrial que constituyen la base de nuestra memoria y cuya pérdida nos condenaría a la amnesia total«.

Dos miembros de esta Asociación: Iñaki Izarzugaza y José Eugenio Villar han visitado recientemente nuestra empresa. «Vuestras instalaciones son uno de los mejores lugares para realizar nuestros estudios«, comentan. «Altos Hornos forma ya parte de la historia industrial del País Vasco, aunque desgraciadamente la evolución tecnológica ha ido desterrando multitud de solares, edificios y máquinas que hoy en día serían un fabuloso tesoro cultural».

El trabajo de Iñaki y de Eugenio consiste en elaborar un censo del patrimonio industrial vasco comprendido en el período que va desde mediados del siglo XIX hasta comienzos de la Guerra Civil. Estos dos investigadores forman parte de un equipo de 9 historiadores contratados por el Gobierno autónomo para que realicen el Inventario Histórico Industrial del País Vasco. La iniciativa es pionera en el estado español.

A pesar de la constante modernización que ha registrado A.H.V. en los últimos años, todavía guarda algunas instalaciones en desuso que muestran la forma de trabajar de cada época. «Si hubiera que destacar algún edificio me quedaría con la Sala Ilgner en Baracaldo«, señala Iñaki. «Tanto su arquitectura, de marcado carácter estético, como el grupo en sí tienen un alto valor histórico«. La Sala Ilgner es una subestación eléctrica inaugurada en 1931, que proporcionaba la corriente continua necesaria para hacer funcionar el antiguo Tren Blooming de Baracaldo. «Otras instalaciones que datan de esa época son los Silos y Torres de Refrigeración de baterías, la nave de sulfato amónico, la molienda de cok, la Vega, Dícido y los talleres de Fundición y Cañones«, recuerda Eugenio. Casi todos estos lugares se encuentran enclavados dentro de los terrenos de la Fábrica de Sestao-Baracaldo.

Las fuentes de información de estos estudiosos surgen de la documentación escrita de la época, de archivos fotográficos y «la más enriquecedora y difícil de conseguir: del contacto con los trabajadores, protagonistas de esa historia reciente«. Inglaterra, Estados Unidos e Italia llevan más de 30 años trabajando por conservar el patrimonio industrial. Minas utilizadas como reclamo turístico, fábricas convertidas en museo y molinos para fabricar papel que siguen funcionando con métodos artesanales son muestras de la importancia que estos países dan a esta nueva faceta cultural.