Ya hemos publicado con anterioridad en este blog otras entradas en las que recordábamos con tristeza la escasa receptividad con la que tanto los responsables políticos como los técnicos atendieron las justificadas demandas de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública, AVPIOP, para que no se realizase la demolición de la segunda planta del edificio de la Casa de Bombas de la antigua Euskalduna (en realidad, tan solo una semiplanta, puesto que la mitad del edificio ya había sido demolido con anterioridad).

Pese a que nuestra asociación aceptaba la desaparición de la tercera planta, un elemento añadido con posterioridad al edificio original de 1903, una obra importante de los ingenieros de caminos Recaredo de Uhagón y J. Eugenio Ribera, y que tan solo solicitaba preservar esta pequeña segunda planta, que alojó el interesante taller de maquetas del astillero, finalmente, el Ayuntamiento no tomó en cuenta nuestras alegaciones y solicitudes y procedió a la demolición, tal y como se refleja en este artículo periodístico escrito hace 21 años por Montserrat Lluis en el diario El Correo y que recuperamos para nuestros lectores.

Denuncian el derribo del «último vestigio» de los astilleros bilbaínos

Expertos considerán ilegal la demolición de la casa de bombas de Euskalduna

EL CORREO VIERNES 5 DE FEBRERO DE 1999

La Diputación ha comenzado a demoler parte de la antigua casa de bombas de Euskalduna, sobre la que se construirá el museo marítimo. La medida ha sido duramente criticada por la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial, que defiende el «gran valor histórico» del edificio y cuestiona la «legalidad» del derribo. Los expertos advierten que los trabajos han comenzado antes de resolverse una alegación presentada al plan de Abandoibarra, donde reclaman la conservación del inmueble.

Una excavadora trabaja en la demolición de las dos plantas superiores de la casa de bombas. / Foto: Bernardo Corral, El Correo.

El colectivo que trabaja en la defensa de los vestigios industriales pidió el pasado octubre al Ayuntamiento de Bilbao que el museo marítimo «no se levantara sobre los escombros de los escasos restos patrimoniales de Euskalduna». Ayer, sin embargo, una éxcavadora apostada sobre la antigua casa de bombas confirmó sus temores. «Es absurdo montar un centro para recuperar el pasado naval y destruir lo que iba a ser su mejor patrimonio».

Ubicada a los pies del puente Euskalduna, la casa de bombas empezó a construirse en 1903 por encargo del industrial Ramón de la Sota. Sobre un solar de 150 metros cuadrados, el edificio albergaba en su planta baja un foso, bombas de achique y compresores usados para vaciar diques secos. En ún piso superior se instaló un taller para el diseño de maquetas de barcos y, más tarde, se levantó una segunda altura.

Finalizada la etapa de esplendor siderúrgico de Vizcaya, el Gobierno vasco demolió en 1992 las últimas huellas de los astilleros de Euskalduna. Además de la grúa Carola, sólo sobrevivieron la mitad de la casa de bombas –uno de los primeros edificios de hormigón armado de España– la maquinaria escocesa que albergaba y los diques más antiguos de Bilbao.

Bien de interés cultural

Dispuesta a salvaguardar los «valiosos» y «únicos» vestigios de los astilleros, la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial solicitó hace cuatro años al Ejecutivo vasco que los declarara bienes de interés cultural. «Estamos convencidos de que enriquecerá el Palacio Euskalduna», argumentaba en 1994 el vocal del grupo Joaquín Cárcamo.

Al saber «desestimada» su propuesta, el colectivo de defensa patrimonial recurrió el pasado octubre al Ayuntamiento de Bilbao, al que solicitó «protección y conservación» para las plantas baja y primera del inmueble y las máquinas. Solo admitía «el derribo del segundo piso, por ser un añadido»

Tras estudiar la propuesta, la comisión patrimonial del consistorio aceptó conservar la planta baja, pero no la primera, donde en el pasado se diseñaban las maquetas. «Los dos pisos superiores no tienen ningún valor», aseguró ayer el concejal de Urbanismo. Dimas Sañudo explicó que la parte respetada formará parte del museo marítimo.

De acuerdo con la decisión municipal, la Diputación comenzó ayer por la mañana a derruir la parte alta de la casa de bombas. La repentina demolición alarmó a los miembros de la asociación de patrimonio industrial, que insisten en el «alto valor histórico» del primer piso, donde se «han hecho las maquetas de cientos de buques».

En su opinión, su derrumbamiento supone «un grave error y una irreparable pérdida para el futuro, el museo, la ciudad y el país». Cárcamo cuestiona incluso la «legalidad» de la medida. «Habíamos presentado una alegación a la modificación del plan de Abandoibarra para que se respetase el edificio original de la casa de bombas y antes de resolverla han empezado a meter mano».

El experto anunció que tomará medidas judiciales si se confirman las irregularidades. El delegado de Urbanismo, en cambio, precisó que la casa de bombas no está incluida en la modificación del plan de Abandoibarra. «Sabían que la alegación no puede admitirse y, por lo tanto, la demolición es correcta».